La mañana más maravillosa que alguna vez hubiera recibido a Mateo en sus 21 años de vida se asomaba desde los cristales de su ventana. Con un leve bostezo y el traquear de sus dedos le dijo HOLA, a lo que parecía ser el comienzo de un excelente día.

Misteriosamente, desde que colocó su pie derecho en la alfombra color petróleo, se dio cuenta que por alguna razón inexplicable, se sentía lleno, feliz y con la leve sensación de que aquel día de Agosto podría lograr cualquier cosa que se propusiera.
El desayuno fue más que formidable, y por primera vez en el mes, pudo disfrutar un relajante baño con agua caliente. Indudablemente, este día sería perfecto.

Es aquí cuando comienza nuestra historia. En el bus, camino a la universidad, casualmente consiguió un asiento vacío. Unas cuadras más allá, una desconocida, (pero no cualquier desconocida) se subió en el autobús iluminándolo. Si, ella, la mujer más hermosa que se puedan imaginar, de aproximadamente 1.72 de estatura, con el cabello tan negro como el carbón más puro, y los ojos, esas dos asombrosas esferas de color indescifrable, esas dos bolitas de proporción perfecta, de profundidad infinita que con una simple mirada encantan toda una eternidad.

Si, aquella mujer de ensueño, se sentaría al lado de Mateo y el aún no lo creía. ¿Porqué aquella mañana?, ¿Porqué la vida le había negado antes el placer de admirar tanta belleza? La mujer perfecta, la mujer soñada estaba ante él, a menos de 30 centímetros, el tiempo se detuvo, se hizo eterno y de nunca terminar.
Mil sentimientos llegaban desde diferentes partes del cuerpo, del cerebro, del corazón y ya saben de donde más, por que ante todo, ante la timidez y el romanticismo, Mateo es un ser humano, es un hombre que tiene necesidades como cualquier otro. De repente imágenes de todo tipo inundaban su cabeza, un beso, un abrazo, un pequeño roce de manos y algo más.

Sin saber por qué, sin saber cómo, un relajado y absolutamente casual saludo brotó de sus labios.

- Hola, eres nueva en el barrio. Nunca habría podido olvidar tan hermosos ojos.

Pueden creerlo, Mateo, el joven más tímido, el que nunca se ha enamorado, el joven estudioso y responsable, hablándole a la mujer más bella que sus ojos han visto jamás, ¿¡se lo pueden imaginar!?, porque yo no puedo. El primer milagro del día había sucedido, que Mateo le hablara a una desconocida ya se podría considerar como uno, lo curioso del asunto y aquí viene el segundo milagro es que ella, se volteara con una hermosa sonrisa en el rostro y le dijera HOLA, (ya se que esto solo pasa en las películas románticas y en las series baratas de televisión, pero esta es mi historia y así quiero que suceda). Todo era como la perfecta fantasía, el viaje parecía interminable, una interesante conversación fluyó por lo que parecieron horas, hablaron de literatura, de cine, de poesía, todo era perfecto. Todo salía de maravilla. Si el amor a primera vista existe, Mateo lo conoció aquella calurosa mañana de Agosto.

El día fue perfecto, no importaba nada, excepto ella. Algo más que una simple casualidad los había reunido y Mateo no iba a desaprovechar tan dichosa oportunidad, llámenlo destino, coincidencia o irrealidad, pero Mateo esa mañana donde el viento sopla tan intensamente conoció, a la que con un poco de suerte se convertiría en su compañera. Abandonaron sus planes y se dejaron llevar por la química, la atracción y el romance.

Se tomaron un café, almorzaron juntos, hablaron casi de todo, de su familia, sus estudios, sus gustos, prácticamente, dos desconocidos, en una tarde de compañía y algunos tragos dejaron de serlo.

¿Qué faltaba por saber?, nada, Mateo había encontrado su alma gemela, su media naranja, por primera vez reconoció el brillo del amor en los ojos de alguien más, aparte de los propios, le agradecía al cielo, al sol, a la noche que ya los cobijaba, deseando un beso, un abrazo interminable, una fusión de sentimientos, amor y calidez. Faltaba solo una cosa, asegurar que la felicidad que había sentido durante todo el día durara por toda la eternidad.

Esta es la parte más curiosa de toda la historia, después de compartir todo un día de charla, cerveza y romance, Mateo estaba decidido a dejar en claro sus intenciones con la mujer de los ojos indescifrables. Justo antes de decir las palabras mágicas, una figura oscura uniforme y algo curvilínea se acerco a la mesa.

- Hola…
- Mira Mateo te presento a Melisa, mi NOVIA.
- Hola, mucho gusto.
- …
- …
- AMOR, el es Mateo, lo conocí hoy en el bus.
- Es como el AMIGO que nunca he tenido.
Como el hermanito que siempre he querido tener.
- …
- …
- Que bien, cualquiera que ayude a mi bebe, es bienvenido.
- Si, si no te quisiera tanto Mel, Mateo es el primer hombre con el que realmente me he sentido bien.
- …
- Mu… much… mucho gusto Ma… Mateo.

Mateo en sus últimos momentos de lucidez, lo único que pudo pesar fue … que Pútrida es la Realidad…