Un Adiós que dice adiós y se despide de todos
Nos abre el libro de su vida y sin pudores
Despliega estrellitas en su firmamento terso
Va rimando su vida en cuartetas diversas
Se enamora de todas con esa sed legítima
Del hombre que ha sabido disfrutar
De los deleites que le ofreció su existencia.
Adiós, llegas para quedarte con tu
Octogenaria perseverancia inundando
Los rincones sagrados de la sapiencia
Y tu picardía aflora en esa rimas desenfadadas
Que dicen claro lo que para otros es turbio.
No te nos vayas nunca muchacho antiguo
Que haría mucha falta tu entereza
y ese desplante tan tuyo ante lo adverso.
Haremos un sahumerio si es preciso
Para sacar de tu cuerpo todos los males
Para decirle a la parca que no sea injusta
Que te brinde mil años para tenerte
Como el amigo poeta que viene de lejos
Más allá de los siglos y de los sueños…