Llevaba demasiados días controlando el tiempo, mirando el reloj y contando las interminables horas que no pasaban , fantaseando cínicamente con la sucesión de más días idénticos. El mal humor, la ira, el aburrimiento ,.. se iban incrementando a cada milésima de segundo y por momentos yo ya dejaba de ser yo, para convertirme en una persona impermeable, inaccesible, árida, cruel, egocéntrica, destructiva. Tan sólo quería encerrarme en unas sabanas limpias, solitarias y no sentir nada, no oír, no ver, no pensar, quería desnudarme de la inercia que me empuja a hacer cada día las mismas acciones con las irregularidades oportunas e imprevistas del momento; que normalmente no son suficientes para cambiar el curso evolutivamente estancado de las cosas que nos roban y disfrutan de nuestro tiempo.

Tiempo perdido, conjugado de migrañas, de ti, de ansiedad desproporcionada de ti e imposibilidades recurrentes; tiempo, horas, que ahora me faltan para reencontrar cualquier pupila que mira y se enamora de las expresiones continuas y emergentes de aquello que vulgarmente llamamos rutina. Pero contradictoriamente sigo considerándome inconformista, idealista, divergente, anónima, dulce, soñadora, salvaje, abrasiva, tierna, posiblemente con resquicios de indulgencia, pero obsesivamente enganchada a las emociones arrítmicas y explosivas que pueden descompensar cualquier realidad diaria.

Pasado este tiempo perdido me reconcilio con mi “YO” hundido, expulso las frivolidades, las urgencias, las consecuencias drásticas, invento mapas de esencias, me seduzco los cimientos de la alegría, profundamente reencontrada, vuelvo a la inmensidad de un papel en blanco infinitamente cargado de posibilidades,..., y a mi variable felicidad.


P.D: Y tú ,mi amor oculto, siempre tú, pensar en ti, mi puro desequilibrio y mi latido recurrente, tiempo y más tiempo perdido buscando una solución para nosotros: tan parecidos y tan extraños, tan entregados tan vacios, tan enamorados y tan distantes, ......