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 Vino,
 gran amigo,
 personaje de cepa,
 de gran estirpe,
 me palmoteas la espalda
 con tu sabor dulzón,
 reavivas mis fantasías,
 haces más digerible mi vida.
 
 Vino,
 voluptuoso compañero,
 oferente en esa copa,
 me guiñas un ojo,
 me invitas a cabalgar
 en las ancas de tus vides,
 conversamos,
 yo, con lengua almibarada,
 tú, con el sabor agridulce
 que le robaste a la existencia.
 
 Vino,
 alzo sobre mis ojos,
 tu sombra amalgamada,
 tu cuerpo robusto,
 visualizo sueños
 entre tus mareas,
 me emboto, me entrego
 en paladar y lengua
 a tus augustas promesas…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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