La mentira destruye tus rimas en tanto que tu espíritu fermenta, nutriendo de porcinas pestilencias las remotas promesas de ausentes florilegios;
Miasmas que no te dejan dormir en paz.

Feo es no ser olvidado teniendo la indecencia como prueba de tus argucias y el eco cómplice de tus cándidos boliches.

Hurtar, se lee como fiel paradigma… de tus enojosas fechorías y falsedades.

Tus satélites se privan de la verdad: borrando pruebas. No investigan y entonces mienten y se mienten.

Indigestos del dedo acusador que los apunta ya no saben de vergüenzas.

Reflejados en el cristal de la verdad saben a sentinas y así, desgraciadamente, perdurarán

¿Puercos o gusanos? Me pregunto.

©Monsieur James