¡Ay! Ay ¡Ay!

Me sumerjo entre el azul… Pinto, dibujo, coloreo. Y juego entre colores pastel. Navego entre las calles violetas de mi ciudad. Cambiando de marcha, sujeta contra el respaldo de mi asiento, un cinturón negro fragmenta mi pecho: Mitad y mitad.

¡Ay!

Bifurcación: dos caminos a elegir. Tan solo una aprendiz. De color de rosa. De niña con dos coletas. Y esos dorados e imaginados tirabuzones que rozan mis mejillas sonrosadas.

¡Ay, ay, ay!

¿Cuál elegir?

Observo a un lado y a otro a través de mis azules ojos cristalinos. Fragmento las vías anaranjadas y me sumerjo en el verde del silencio.


Chirría el motor: gris, sucio, bruto. Y ese olor a negro carburante que me pone de mal humor.

¡Ay! Ay, ay, ay, ay ¡Ay!


Sueño con los colores. Con paisajes azulencos entre verdes y anaranjados prados que terminen en un círculo violeta, al fin del atardecer.

Y esas mariposas, aleteando ligeramente sus alas rosas y añil. Capaces de crear un huracán al otro lado del océano.

Ay… Ay… Ay… Ay…

Que sueño…
Se comen mis párpados…
Aletean esas pestañas púrpura que sondean mis ojos azules
Y terminan en las mariposas con alas rosas y añil,
Creando tornados amarillos en China o Japón…

¡Ay…!

Me duele tanto el verde…
Me saboreo el amarillo,
Y termino por pasar el rojo.

¡Ay! ¿Te quema?