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Demasiados años han pasado ya. Es mi hora. Lo he pensado mucho y el momento ha llegado.
Ando por estos mundos desde sus inicios. Siempre evitando llamar la atención, no tengo amigos ni conocidos. Jamás crucé palabra con nadie. Visto de negro para evitar miradas, siempre pasando desapercibido. Y si tengo que viajar lo hago de noches para que nadie me vea desplegar mis alas. Entonces elevo el vuelo y observo las ciudades. Imposible ser visto en la oscura noche. Y mi misión era espiar este mundo. Lo conozco tanto como mi padre, yo diría que más porque si mi padre lo viera ahora no lo reconocería. Él lo creo perfecto pero el tiempo lo ha contaminado. Pobre iluso que creyó en la naturaleza y en la condición humana.
Este perfecto mundo que ya nadie valora y que tanto ha cambiado. Desde que inventaron la televisión viajo menos, esta me proporciona las imágenes del mundo, un mundo cada día más depravado. La gente está corrupta. Violencia en todas sus variantes, se han perdido el respeto. Han perdido los valores. La avaricia y la envidia gobiernan en el poder. Crecen las guerras, las enfermedades, las desigualdades…
El mal avanza y la gente le sigue. Los niños pierden a sus padres y a sus madres de guerra en guerra. Mueren de hambre.
El mal avanza y yo ya no estoy dispuesto a aguantar más. Está decidido. Los aniquilaré a todos.

El poder absoluto está junto a mí. Poseo toda la fuerza para seguir el plan. No dejaré nada. Destruiré lo construido por el hombre. Mataré a la gente y destruiré la naturaleza. Acabaré con toda posibilidad de vida. No habrá compasión ni piedad. Haré la noche en todo el mundo.


Y la oscuridad engulló al mundo. Y elevó el vuelo. El momento había llegado.

Comencé por lo más difícil, la vida humana. Lo que más dolor me iba a causar. Y la más causante del desorden. Pero debía borrar las lágrimas del mundo. Acabar con la pobreza y las guerras. Con un hacha acabé con los sueños. Envié a la muerte casa por casa, sin piedad acabó con los niños, los jóvenes… a su paso por las calles mostró su rostro a transeúntes y despistados que se encontraban fuera de sus hogares. Hasta el último rincón del mundo llegó la muerte. A su término vino a reunirse conmigo. Nadie había sobrevivido, la muerte siempre se caracterizó por no tener piedad con nadie.
Se había ganado las vacaciones eternas. Se marchó feliz con su trabajo. La primera vez que la veía sonreír. La oí murmurar: “esta vez no me queda trabajo pendiente, se acabó estar veinticuatro horas de guardia”

Salí a contemplar el trabajo finalizado, la muerte siempre ha sido de palabra si decía que había muerto jamás había vuelto a respirar nadie. Todo era silencio, paz y tranquilidad. Pero el ambiente seguía corrompido.

El siguiente paso a seguir era reducir a cenizas las imperfectas creaciones del hombre. Fue fácil, se lo pedí al sol esta vez. Apartó a un lado la oscuridad y abrasó la tierra con sus rayos. Una inmensa llama de fuego brotó y se extendió por campos y tierra. Edificios, coches, parques, farolas… todo ardió. En unas horas, todo fueron cenizas y el sol se reunió conmigo. También a él le di vacaciones. La oscuridad hizo su entrada de nuevo.

Nuevamente, extendí mis alas y contemplé la obra realizada por el sol. Excelente trabajo, pero el ambiente era negro, sucio y polvoriento.

Llamé a la tempestad. Un viento huracanado dispersó las cenizas hasta los mares. Una lluvia torrencial limpió el ambiente y lo purificó. La tempestad también cesó. Desapareció sin visitarme. Siempre ha sido de mal temperamento y se ha ganado mala fama, pero hizo su trabajo.

Di mi último viaje por este mundo. Elevé el vuelo y contemplé como las aguas estaban calmadas y pacíficas. No había más para ver. Todo había desaparecido.

Misión cumplida. Ahora marcharé donde mi padre me envíe. Me esperan otros años de calma contemplando ( nuevas vidas que a mi padre se le antojen perfectas) como evolucionan hasta su destrucción.

Yo les daría un consejo si mi padre me dejara decir algo: no lloréis, sonreír es vuestra liberación.

Texto agregado el 06-11-2006, y leído por 147 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
13-12-2006 yo ndiria que llorar y reir forman unidad y tiempo, pero sólo lo digo por decirlo. muchos saludos antroponauta
01-12-2006 Desgarrador. Pienso que no debemos perder la fe. Aún creo en el ser humano; creo que será capaz de vencer a su propia maldad. Creo que a la humanidad le espera un mundo mejor, pese a todo lo negro que hoy nos agobia. Creo en la misericordia del Supremo Creador y creo que siempre nos dará una oportunidad más para cambiar el rumbo equivocado. Tu trabajo pone a pensar. Dejo todas mis estrellas. borarje
19-11-2006 hermoso neison
 
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