Por suerte existe la música que nos sustenta
y las sonrisas que nos contentan,
nos llena de espíritu, nos desconcierta
con alegrías que son luengas,
largas, extensas y duraderas
que el alborozo que no llega
siempre está donde tu quieras.

Apoyándote y animándote a sentir
una alegría ajena o una malicia siniestra,
un llanto amargo o pasiones sueltas.
Este es el encanto de la música que rueda,
es la magia de mover el ego y las caderas,
es el alma, corazones, espíritu de fiesta.

Engalanadas notas, garraspientas voces
todo olvida las dificultades que tuvieras
por que la música no desespera,
¡acompañamiento de noches de soltera!
y no digo más, no por que no sepa
sino por extrañeza de un corazón que por mucho que ruega
no nos juntaremos, pero es la música la que nos enreda
y esto es para siempre lo único y último que nos queda
La suave melodía que te apoyará hasta que mueras.