...y otra vez la sangre, la inconfortable esencia del sin abrigo.
...y otra vez las manos, una es la dadora de calor, la otra no hierve.
...y otra vez los tumultos, las voces, las cejas arqueadas, los caminos, sòlos...y se pierden...y el horizonte y los tumultos y las voces y la nada despreciable dama que no es real.
...y otra vez un llanto, de un niño parece...y otra vez no hay canciones de cuna ni respuestas convincentes...y el llanto que es mio...y no conosco canciones de cuna...y las preguntas que se apilan en el rincòn donde siempre estoy.
...y otra vez...y otra vez...y otra vez los moretones y el espejo no los refleja...y la cantidad de ansiedades y el eco tapa todo.
... y otra vez la espera...y la ausencia de un nervio cruzando la autopista, girando en escuadra, levantando a fantasmas ùnicos y hablando palabras sordas sin mover los labios.
...y otra vez en posiciòn fetal y tratar de entender al corazòn y no comerlo ni pisotearlo ni burlarse de èl o dejarlo a un lado, tratar de entender al corazòn y no compararlo con otros pedazos de bofes.
...y otra vez las palabras, la bùsqueda de las palabras...y el punto del final, insastifecho obliga a seguir y revisar, tachar el comienzo.
....y otra vez màs, una vez màs, el ejèrcito de dolores, curarse para enfermarse. El cuerpo se enferma del cuerpo se enferma de mi.
...y otra vez, otro dìa, otro hemisferio...y otra vez la sangre. |