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Inicio / Cuenteros Locales / Clon_secreto_de_Dehumanizer / La alquimista (Dedicado a aruald)

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(El agua al condensarse forma la tierra)

En las vacaciones del verano pasado, Gisela había aprendido a “tocarse ahí”.

Un dulce beso, que dejó en los labios de su prima Nadia la rendición de los últimos bastiones de inocencia, fue el pago por prodigarle su primer placer.

Ahora, cuando volviera a verla, podría decirle que lo que habían hecho realmente sólo había sido tomar un atajo al goce, dejando olvidadas en el camino a zonas. Zonas que ahora Anahí recorría con manos sabias... y extrañas.

(La tierra al dividirse forma el aire)

Si Gisela hubiera podido vencer por un instante el éxtasis que le prodigaba Anahí, habría visto como una arena multicolor se desprendía de esas manos, y como, en la oscuridad de la iglesia, los círculos consagrados que dibujaba la arena sobre la piel y su brillo profano, trazaban elipsis de colores en las figuras de decenas de santos, revelando en algunos sus verdaderas y demoníacas identidades.

(El aire al inflamarse se transforma en fuego)

El tacto de Anahí, experto en encontrar la temperatura justa para todos sus preparados, notó como el vientre de Gisela anunciaba que el momento estaba llegando. Las caricias empezaron a descender lenta e insoportablemente.

La arena se transformaba en cientos de texturas familiares que estimulaban, a veces devolviendo reminiscencias, a veces trayendo extrañas y sádicas formas de nostalgia del futuro.

Gisela se arqueó hacia atrás y cayó arrodillada, siempre acompañada por la alquimista.

(El último fuego que se extingue en el cuerpo es Flogisto)

De la cascada que salía de las manos de Anahí emergió una piedra blanca, sin brillo.

Las caderas de Gisela estaban apoyadas en sus talones, trazando con su cuerpo un arco imposible al que Anahí se encargaba de retorcer cada vez más. Las palabras que esta le susurraba mientras lo hacía empezaban a cobrar sentido para Gisela; pero cuando la piedra opaca llegó a su destino, el clímax apagó las últimas (El que logre encerrar a Flogisto...) y todo posible significado se perdió entre los gemidos. El paroxismo de la sinestesia se apoderó por completo de Gisela y en el último resto de lucidez, la conciencia se hizo cargo de la confusión y se apartó misericordiosamente de su cuerpo.

Anahí se incorporó.

Por un largo rato se quedó observándola yacer completamente vencida.

Divertida, pensó: La ciencia de la letra M al servicio del punto G, tras lo cual se inclinó y besó la boca aún temblorosa de su nueva amante (de su nuevo atanor).


(Dedicado a Laura. ¿Por qué no?)

Texto agregado el 29-11-2006, y leído por 433 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
07-04-2008 mmmmm... Me Gusta. lalola
20-11-2007 la verdad no lei el escrito, Solo queria expresar la frustracion de encontrar tu LDV cerrado, jaja. exsagitaria
07-04-2007 MMMM... el placer de la letra M y GGGGG el ahogo en el que uno sucumbe al ser alcnzado en el punto G. ¿Por cierto dónde está el punto G? Que ingenuo jejeje. Un escrito paroxismoafrodisíaco, me dejaste con ganas de más!! SALUDOS!***** josef
10-02-2007 Tomando en cuenta los elementos (básicos y secundarios) que has llevado a la vida en tu ¿cuento? -esto es una apoteosis que debería tomar en cuenta la publicación más seria del mundo-, no me queda más remedio que replantearme el orden mundial...... Me dejaste con ganas de releer esto más de cinco veces. El origen verdadero y el fin único del humano. Algo así como andrómeda y Vía Láctea jugando en sus ratos ocupados. alipuso
12-12-2006 Quisiera saber aquello de la letra M Perdòn la ignorancia.... Buen texto!!! Nunca dejas de soprenderme! Wenl
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