Así son las cosas, cuando uno más precisa algo, ésto parece que se le da por fallar, escaparse, desaparecer. Es la ley de Murphy aplicada a la cotidianeidad de la vida. Qué fastido me produce!!!

Estando a 4 días de la última actuación anual del coro, se le ocurre a mi garganta pescarse algo, que no se sabe bien qué es, pero que da como resultado una símil afonía y un dolor insoportable.

A esto puedo sumarle que los niños andan especialmente nerviosos y “fiesteros” y que todo intento de que escuchen cualquier palabra en un nivel o tono de voz normal, da como resultado que una se quede sola, como una loca parada frente a una clase; y las 48 personitas ni se inmuten que existe alguien delante que mueve la boca como tratando de decir algo… Que fastidio otra vez!!!

Pero bueno, es lo que nos pasa a los asmáticos, alérgicos e hijos únicos (esto no es relevante pero es otro de los puntos que siempre indefectiblemente juegan en contra de uno…ah!! “Sos hija única… “ como si luego de esa revelación se les aclarara el mundo y entendieran un sin fin de “porqués” que realmente y por tercera vez “fastidian”)… sigo, decía que esto es lo que sucede con los cambios de estación, y con las diferencias de temperatura tan grandes que se están dando estos días por estos lares. Cuando uno sale tempranito con buzo y campera polar y vuelve con el cargamento abajo del brazo y con ganas de arrancarse la remera de manga corta.

Me marcho con mi afonía a otra parte, a tomar tecito y comer caramelos de miel.

Es lo que hay… la misma y única cuerda, con la que puedo ahorcarme o saltar.