Prólogo
Desde que le mundo es mundo siempre ha habido y habrá gente que nos lastimara y dejara grandes (o pequeñas) grietas en nosotros. Pero si imaginamos que todos somos rocas, toscas, deformes, en la corriente de un río, que no es mas que la vida misma, veras como nuestro afán de seguir el curso del agua chocamos contra otras piedras que se encuentran en nuestra misma circunstancia. Chocaremos, rozaremos, y ese acto doloroso es el que nos ira puliendo, refinando hasta lograr una belleza radiante que luego se mostrara cuando las aguas se hallan serenado.
Si en el primer choque te dejas quebrar y abandonas la corriente lastimado, no vivirás.