Encuentro de Nó-madas y cuerpos

Con afán, él doblaba la esquina con la impaciencia de los buenos silencios, fruto de los domingos compartidos. Había llegado antes de tiempo a la cita acordada con su pareja y decide entretenerse en las luces y vitrinas del lugar.

Como una gélida ráfaga de sensaciones observa a lo lejos a su antiguo amor aproximarse, de la misma manera inesperada que lleva a esos toscos encuentros del destino.

Se observaron

trataron de no reconocerse

se conocieron.

Se reconocieron...

Se recordaron...

Ella sonríe divertida y asustada

El tambalea su miedo hacia la derecha.

El la abraza con aprecio, un poco más de lo conveniente.

Ella le dice que había soñado con él la noche anterior cerca a las nubes rojas que tantos secretos les acaecían en los distantes días de julio.

El busca en sus bolsillos respuestas, y le pregunta que adonde va.

Ella responde que se dirige al apartamento de su prometido y ladea los ojos; escarba en los de él, las buenas palabras de los bailes secretos, ahora distantes, cerca al puente lleno barcos de papel mal hechos...

El dice que espera a su novia...

se miran...

El pregunta que si tiene afán...

apresurada a decir que sí, ella se aleja dándole su mano en la partida un poco más de los conveniente

Y no voltea a mirar.

Mientras se aleja, piensa que no girará a echar un vistazo...ni uno solo.

Ella había mandado hacia tiempo un mensaje en una botellita...simulando los gritos de naufrago…ofreciéndole amistad.

El queda quieto, mirando su pareja de baile en las nubes...de nuevo. Este hombre no había contestado por el miedo absurdo de saberse amante eterno de la piel de ella...

Pero mientras se alejaban...flotando en el vacío...quedaba una nueva botella dejada por él.

Con afán ella había doblado la esquina; poseía la inquietud de los viejos silencios, producto de los sábados compartidos y pensó en los dos lejanos nómadas de cuerpo que eran cuando se veían.


Cada uno se casará en Diciembre...