No me digan más. La vida salta a borbotones. Existe una atmósfera de plenitud y gozo profundo que erradica lo efímero y nos llama al misterio pletórico de la vida compartida. Pura gratuidad, compadre, pura gratuidad, comadre. Muchas luces y una negra noche. Hay sosiego y melodías de canto jubiloso. Lo que parecía imposible está allí envuelto en pañales y dolores de parto. Se llena la vida - no de burbujas - sino de mugido, paja y pecho materno. Hace frío afuera, hubo desconcierto y urgencia dentro. Pero ya está, no sin dolor y contracciones, el amor pudo más y habitó entre nosotros. Cuanto sudor, cuanto afán. Dios está en medio nuestro. Hay algo que se contrae y se dilata, hay corazones que se ensanchan hay vientres expandidos, regazos que se brindan. ¿Dónde está la muerte, dónde está su aguijón? Pudo más esa mujer parturienta, joven y feliz; ese hombre humilde que amó en silencio y contra todo lo previsible, buscó porque creyó. Hay brazos y regazos, lumbre tenue y presentes de oriente. Hay pobres de aire libre y corazón ancho…¡¡¡¡ Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad ¡!!!!!