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¿Qué estaba usted haciendo el día cuatro de septiembre de 1985 a las siete de la tarde? Rebobine. Intente arremangar los años, buscando en los recuerdos ya archivados. Despercúdase. Escarbe bien sus zonas de sigilo, de arcano. Lo más probable, como dice la canción.....fue un día igual a los demás. Pero yo no puedo decir lo mismo. Ese día conocí a una mujer glamorosa y sensual que dulcificó mi anochecer, trayéndome el paraíso, liberándome, Fui un ángel salvaje, que resplandeció en el centro de ese huracán. El esplendor y el sonido no tuvieron ataduras. Hice con ella, lo mismo que la primavera hace con los cerezos. Dejé allí mis huesos y cada gota de sudor fue una cascada de libertad. En ese vértigo, retorcido y agonizante me contraje. Mis tentáculos se aferraron a un cuerpo translúcido, esmaltado, hirviendo desde el cráneo hasta las vísceras. Hermosa y reluciente como una adolescente en celos. El resto de mi carne entregados al manejo de sus dedos pacifistas o combatientes en la línea de batalla en que los cuerpos se reducen a la nada. Sus pechos flotaban erectos en el agua de mi boca. Ahí tuve la certeza del delirio sonoro del gemido. Los gestos y las palabras, en un idioma magnético marcaron el límite de lo inseparable. Esa noche fue de seda. El destino se deslizó a un ritmo ondulado y creí ser un monstruo desbocado proclamando mis proezas. En ese rincón de la ciudad, no me importaba el


juicio final. Total, ya había dado la vuelta alrededor de todos los planetas. En esa oscuridad, ni los torbellinos encabritados pudieron competir con los latidos de mi corazón; la fatiga tuvo que reconocer su pálida derrota.
Ahí estaba ella delicada y firme restaurando mi corazón refaccionado. Era una ola transformada en pura espuma. Las palabras manejadas como dardos, con certera puntería, provocando una inconfundible resonancia
Mi amor esa noche fue como un río salido de madre
Fue una noche con olor a incienso. Cuerpo con cuerpo. Contagiados con la peste del amor, con la peste de las ganas. La atesoré bajo mi lengua arriesgando tragarme el rubí perfecto.
Desnuda como una serpiente, desplumada como una paloma sin ruido, nacida para mi proa, esa noche la convertí en la más hermosa golondrina. Bordé su lengua con mariposas lapislázuli. En los necesarios interludios mi alegría era mirarla. Aún suena en mis oídos esa música vibrante que acompañó mis ansias. Su mirada limpia de luna, forrada de crepúsculos, sus suspiros de felpa, me hacían sentir perfecto en esa pista mágica, escuchando sus palabras; y en un juego infatigable, eterno como los mares, me dormí a la sombra de sus senos. En la mañana, desperté en el rincón más sensible de su mirada. Le regalé el sol más dorado en un colgante para su hermoso cuello. Festejamos el amanecer, pensando que el olor y el halo de la pasión invadían toda la ciudad. En ese entramado, cada árbol de la plaza Brasil parecía que albergaba también a otros pájaros extasiados.



En esa época sentía todo el espesor de su mirada. Me puse en el lugar de Dios e inventé mi propio paraíso. A la palabra amor, jamás le faltaron consonantes.
El último suspiro se fundió en mi carne
Y... así anduvimos...por un largo tiempo, por muchos años, por esos mares de Dios, buceando juntos... buscando verdades comunes y sueños emparentados, atando cabos de porqués,...de una relación que se insinuaba como inmortal.
Hasta que un día, sin darnos cuenta, comenzamos a inhalar los aires enrarecidos del amor y a deambular por senderos, donde brotaban más escorpiones que flores. Al final, el amor, por intenso e indestructible que parezca, termina siendo como un vaso de Coca-Cola, el tiempo le va sacando las burbujas, la chispa.
Han pasado lentos los años y hoy de nuevo he vuelto a verla. Con un ojo miro el pasado y con el otro el presente. La realidad y el ensueño se entrelazan. Con nostalgia y tristeza advierto la ausencia de ese brillo centelleante que me cautivó. Hoy simplemente, he divisado a una mujer tibia y neutral, indiferente, distante y solemne......pero esa... ya no era mi amor.....y ese ....será.. otro relato.

Texto agregado el 28-12-2006, y leído por 286 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
03-02-2007 Genial maestro, es una magistral forma de mostrarnos la vida util de una relacion, que platonicamente quisieramos que fueran eternas. zarsas
30-12-2006 gracias por darme el buen gusto de Siempre disfrutar de una buena lectura******** eutopia
29-12-2006 Lindísima historia, felicitaciones unavez más, creo que siempre tu estilo de redacción es singular, te deseo feliz año 2007!! golondrinadelcielo
28-12-2006 y no es por que por ella hayan pasado los años.. es porque por ti ha pasado la experiencia.. es como recordar la niñes.. la casa la recuerdas grande, alta, brillante.. al cabo de los años, la ves pequeña.. la memoria nos lleva a lo que vimos no a lo que es. mendiola
28-12-2006 Wow!! Hermosa historia, me arrastró y la devoré, tiene usted un buen estilo, cautivador. El final muy bueno pero, una chispa de tristeza***** gfdsa_elisa
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