|                            BENDITO FRACASO
 
 Esta noche he bendecido
 mi fracaso
 con una botella de cava.
 En la playa, junto a la mar,
 me abrazo a la brisa
 que húmeda y fría
 sabe más de mi piel
 y de mi sangre
 que la mujer a la que no supe
 amar,
 que la mujer que no me supo
 querer.
 
 La madre mar me llama,
 me aguarda
 con su canto ineluctable de sirena,
 tanto como la caricia
 de sus lenguas
 en mis pies.
 
 No puedo, madre, unirme a ti
 en plenitud,
 no ahora.
 Quiero, madre mar, en esta hora
 ciega y aciaga,
 aliviar mis errores,
 vencer los goznes y herrajes
 de mi vida desquiciada.
 
 Me ofreces, madre, tu don;
 la alborada sobre ti
 y el rayar del día a mis ojos.
 Ensalzada seas, madre mar,
 tú que has sabido atemperar
 mis miedos,
 mis sombras.
 
 La noche ya es pasada;
 mi bendito fracaso,
 tal vez.
 He de levantarme,
 despertar al letargo y al sopor,
 luchar, contender y bregar;
 que mi unión contigo, madre mar,
 llegará cuando ambos, preparados,
 acojamos la promesa
 del húmedo tálamo marital.
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