Inicio / Cuenteros Locales / osezno / La leña para la chimenea se está secando al sol.
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El príncipe llegó ante ella al castillo, después de haber combatido contra ogros, serpientes de agua y de cruzar el desierto de la locura. La vio recostada con los ojos cerrados y su vestido blanco. Él se arrodilló para besarla. Sus labios estaban fríos así como su piel dura, cual mármol fino. Esperó durante días a que despertara, hasta que el olor a descomposición lo hizo reaccionar. |
Texto agregado el 03-01-2007, y leído por 336
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