LA DESPEDIDA

Jaime era un joven nacido en el seno de un hogar pudiente. Desde chico asistiò al mejor colegio y nunca tuvo carencias. Estudiò en el secundario màs renombrado y al recibirse de Bachiller comenzò a ayudar a su padre en las tareas agrícolas, recibiendo a cambio una pequeña fracciòn de campo y maquinarias de lo mucho que su padre poseía. Al verse independiente y con los bolsillos llenos se iniciò en el frecuentamiento de la noche concurriendo a boliches de onda donde el alcohol, las mujeres fáciles y la música eran cosas habituales.
Su figura espigada, ojos celestes y cabello prematuramente canoso contrastaba con la expresión de su rostro que se asemejaba a la de un niño sorprendido en una travesura. Esta expresión constante le daba un aire confiable de tal forma que, se granjeò un nùmero importante de amigos.
La historia comenzò cuando Jaime conociò a Patricia.
Patricia hija de una de las familias màs ricas del lugar habìa sido criada en la Estancia de sus progenitores y concurriò a los mejores colegios de señoritas en donde se le impartiò una educaciòn adecuada a la posiciòn social que ocupaba su familia.
Se conocieron una noche en un boliche en la que, el alcohol aun no habìa tenido efectos sobre la humanidad de Jaime.
Fue un noviazgo corto. Sus familias estaban encantadas con esa relación y apuraron la boda, asi que, el padre de la novia comprò una hermosa casa en donde se suponìa la pareja construirìa su nido de amor y el del novio un automòvil para que tuvieran movilidad, todo era color de rosa para ellos, hasta habìan elegido el lugar del casamiento y la fiesta, lo harìan en la Estancia de los padres de la novia n donde habìa una capilla y un gran salòn espacioso para quinientos invitados.
Pero, faltaba algo, la despedida de soltero.
Los numerosos amigos la organizaron en uno de los boliches en los que eran habitúes.
Eran muchos, màs de cien, que fueron llegando esa noche sin contar a los colados, los amigos de èstos y los curiosos.
La fiesta fue una tìpica despedida de soltero, con poca comida mucha, mucha bebida, cantos, mujeres, pelìculas porno y el infaltable baño de harina al novio.
Al filo de la madrugada cuando Jaime ya era un desecho humano apareciò en la fiesta un gigantòn apodado Ringo, boxeador famoso con su sèquito considerado por muchos como el Rey de la noche que se adhirió entusiasmado a la fiesta.
-¡ Paren la mùsica,! – Se le oyò decir
-¡Esto no es una fiesta, falta lo mejor!
-¡Hay que dar una sorpresa a la novia!
-¡Vamos todos a la funeraria!
Algunos se quedaron dado que no podìan mantenerse en piè otros, un nùmero importante de borrachos tambalentes le siguieron.
A Jaime lo arrastraban entre dos forzudos del sèquito de Ringo
All legar a la funeraria alquilaron un ataud y compraron velas
A Jaime lo acostaron en el cajòn
-¡Vos quédate quieto! Ringo le ordenaba al pobre Jaime que no ofrecìa resistencia, mientras echaba màs harina en su cara.
El sol despuntaba y por las calles algún madrugador sorprendido vio ese cortejo tambaleante marchando de cordòn a cordòn mientras sus sombras alargadas le daban el aspecto màs fantasmal.
Ringo gritaba.
-¡Èste se casa, es un hombre muerto!
Cerca de la casa Ringo arengo al cortejo
-¡Todos lloren cuando lleguemos!
Tocaron insistentemente el timbre y comenzò la serenata de gritos y llantos fingidos
-¡¡Auuuuuuu! ¡Auuuuuu!
Parecìa una manada de lobos hambrientos
Otros gritaban
-¡Oooh! ¡Aaaaaaah!
El padre de la novia abriò levemente la puerta escopeta en mano
¡Vàyansè borrachos! Y apuntaba con su escopeta al grueso
En eso se oyò......
El grito fue desgarrador
-¡¡Nooooooo!
-¡Que han hecho, lo han matado!
La novia se tirò sobre el ataud con un ataque de nervios.
-¡¡NOO, Si solo està en pedo! – Decìa Ringo
-¡Llamen un mèdico, llamen a un mèdico! - Reclamaba la novia
A poco llegò la ambulancia, el mèdico sentenciò
- Està en coma alcohòlico.
En el cementerio hay una làpida que reza

Aquì yace Jaime que por casarse
fue velado dos veces

Copyright ©: Carlos Josè Dìaz Amestoy