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Las cosas no pasan por algo…
Solo pasan.
No habrá recompensa, solo un recuerdo.


Iñaki.

Ellos estaban en los últimos años de la adolescencia, cuando todo parece ser mas estable y cuando algunas cosas comienzan a tener sentido. Es entonces cuando el valor de la amistad se interpone y se comienza a ver quien perdurara en el tiempo y quien simplemente fue un amigo a quien se recordará, solo cuando esos recuerdos sean llamados por la memoria.

Era verano, uno de los mas calurosos que se hubiera sentido en los últimos años. No se recuerda exactamente como comenzó, estaban en segundo año, la escuela parecía ser la misma, como era de esperarse, los separaron del grupo, por cuestiones que los directivos llamaban distribución.
Fue en ese año cuando Iñaki, comenzó a frecuentar a unas amigas como las que todos tenemos en la adolescencia, preocupadas por su aspecto físico, la vanidad no era uno de sus defectos, sino mas bien una forma de vida. Pasaron innumerables cosas desde salidas pequeñas en el pueblo, hasta un viaje escolar al puerto. Por supuesto no eran mujeres todavía, pero Iñaki era deleitado por las pequeñas curvas que la naturaleza de sus amigas podían ofrecerle, verlas en bikini fue una experiencia totalmente nueva. Ofelia alta y la más gorda prefería el traje de baño completo, era bastante exhibicionista. Rocío era la más quisquillosa, todo le molestaba, el calor, los mosquitos, etc. Celia era la más madura aunque no pertenecía mucho al grupo, ya que era mas apegada a su propio grupo de amigas, pero era la muestra mas clara de cómo probablemente serían las demás, preciosa con el pelo rojo, cintura estrecha, caderas amplias, busto prominente y un lunar justo arriba del lado izquierdo de los labios, que Iñaki consideraba su parte mas sexy. Después de un rato por fin Vanesa hacía acto de presencia su caminar hacia el, parecía llevar el ritmo de su corazón, no era la mas bella ni la de mejor cuerpo pero simplemente para él era la niña mas linda del planeta. Iñaki comenzó con su juego de siempre, por alguna razón estúpida siempre se portaba indiferente con ella.
- ¿No vas a meterte a la alberca?
- Umm, No.
- ¿Por qué?
- Es que, no puedo.
- Pero ya tienes puesto el traje.
- No me voy a meter.
- Ah, mejor para que cuides las cosas.

Si, parecía ridículo que el decía amarla con locura y sin embargo, fuera un patán con ella, aprovechaba la situación para prestarle mas atención a cualquier cosas o persona, menos que a ella. Cuando finalmente Vanesa se acercaba, el simplemente recurría a otro acto indiferente. Cuestión que tuvo un impacto grande en Ofelia quien pensaba ser la atracción principal de Iñaki y quien más bien era el único refugio de ese pobre diablo, para ocultar sus verdaderas intenciones.
Todo esto se volvió más recurrente, pero como era de esperarse Vanesa comenzó a perder interés y al final del día tuvo dos o tres novios. Y cada uno fue un tormento para Iñaki quien por la misma indiferencia, escuchaba con atención los detalles de las relaciones de su supuesta amiga. Siempre al terminar una conversación, se atormentaba con no ofrecerle sus sentimientos, después en lo mas profundo de la noche, para no ser descubierto por sus padres, se situaba en lo que llamaba su “Refugio”, una parte techada de la azotea, siempre guardaba una cajetilla de cigarros entre las cajas de refrescos que su madre almacenaba, contaba sus pensamientos por minutos o por horas, veía a la gente pasar sin que nadie se diera cuenta de su presencia; la vista del pueblito desde ese solitario lugar era maravillosa.


Rodrigo.

Un chico introvertido, pero genial cuando la gente lo conocía. Su mayor anhelo la docencia, su peor enemigo las ciencias exactas. Es increíble encontrar la nobleza y lealtad de este chico en un adolescente. Al principio su pasión era su trabajo, después no cambió mucho, pero siempre fue valorado por ello, tal vez no por todo el mundo pero para sus verdaderos amigos y para su familia, si que lo era.

Amaba en silencio, aplaudiendo las buenas respuestas de Araceli, y defendiéndola por que la mayor parte del tiempo decía cosas no muy coherentes. Existían en la escuela, muchas chicas que le interesaran, pero solo Araceli tuvo oportunidad de escuchar de viva voz la exposición del sentimentalismo mas crudo que se haya visto.

Como era de esperarse para una chica que creció en el pueblito, por razón socio-cultural y obviamente de la edad; no pretendía estar con un tipo como Rodrigo. Ella prefería a Fernando Aguilar un malandrín que años después sería un pobre diablo, pero que en ese tiempo era el estereotipo del galán, mujeriego, libertino y por supuesto alcohólico temprano.
Antes de que Araceli y Fernando tuvieran su fugaz noviazgo que culmino con una pintada de cuernos de Fernando.

Rodrigo recurrió a sus amigos Titus e Iñaki. Titus lo incitaba a que se arriesgara que tomara el control de la situación, que el mundo le recompensaría su obra. Iñaki, solo pudo decir suerte amigo, vamos a estar afuera por si nos necesitas, sabes como usar las palabras, solo cálmate.
Al salir Iñaki pudo escuchar, que ella preguntaba:
-Ay, ¿Por qué no me lo dijiste antes?
-Por que no estaba seguro de cómo reaccionarias
- Ay, Ummm…

Después de 15 ansiosos y tediosos minutos, Rodrigo sale al encuentro de Titus e Iñaki, se le ve salir con la cara observando sus pasos, con la frente sudorosa, al fin levanta la cara, hace una mueca que pareciera ser una sonrisa, pero que nunca ocultara el dolor del que es victima. No demuestra su dolor, que debe ser desgarrador, era la primera vez que su corazón nublaba su garganta y fue horripilantemente despreciado. No por el acto en si, sino por la oportunidad de conocer a un ser humano tan maravilloso.
Su único consuelo fue la música, sus entupidos amigos, lo utilizaran mas tarde como un argumento para burlarse y tener algo de que hablar sin decir nada. Fue el único que lo supero más integralmente.



Titus.

Es la muestra mas fiable de cómo una persona puede cambiar, Rodrigo e Iñaki lo conocieron cuando su cuerpo era redondo y su voz ronca hacia juego con su personalidad.
Al principio era al que menos le interesaba, pero al final, fue el único que realmente tuvo un principio un clímax y un destrozo con una chica.
Comenzaban los preparativos para el último viaje, el viaje de fin de año, entonces estaban fuera de lo que llamaban “función de cine” donde se proyectaba una mala película, rentada, y se vendían algunos dulces, pero era la mejor forma de entretenerse, de platicar y por supuesto de que Titus hiciera de las suyas.
Con su genial personalidad conoció a una bella chica, que se pensaba gozaba del mismo sentido del humor, parecía ser la chica con la que duraría el resto del año. Al llegar a la entrada sucedió algo que a las demás chicas les causaba pena y a algunas, enojo:
-Soy personal de seguridad, necesitamos asegurarnos de que no porta armas, por favor abra las piernas y alce los brazos que la voy a revisar.
- Entre risas. Muy bien proceda.
Todos alrededor quedamos atónitos, no tanto por la acción sino por la genial actitud de la chica, el por supuesto al principio nervioso y llevado por el momento solo reía, después de algún tiempo, sucedió, sabía que no podía perder la oportunidad de conocer a esa chica. Salieron un par de ocasiones y muchas mas platicaban debajo del árbol. Entre risas flores y regalos, por fin sucedió Rodrigo fue testigo del genial triunfo; Iñaki estaba cada vez mas embaucado con su propia decepción que ni siquiera se daría cuenta de lo que sucedía.
Pasaron algunas semanas y el cumpleaños de Titus se presento, le organizaron una pequeña reunión en un bar del zócalo del pueblo. Fue en ese momento cuando Iñaki se dio cuenta de que la relación perduraría hasta el final del año o tal vez más. Sabia que vería cada vez menos a su entrañable amigo, eso lo agobiaba, pero aun mas su propia soledad. Rodrigo por su parte estaba emocionado por Titus, lo animaba en todo lo que podía.
Iñaki comenzó a tener una actitud aburrida de consejero, que nadie necesita. Sin embargo, por la lealtad que Titus y Rodrigo le tenían lo escuchaban con atención.
Hasta que un día, paso lo impensable, ella lo llamó entre clases, para castigarlo por sus buenas obras y acciones, sin mayor problema le saco las entrañas. Como era de esperarse Titus no reacciono con llantos sino con risas, esas risas que callaban su dolor.
Esa misma tarde por poco muere, subió a su coche entre risas, lagrimas y pensamientos tormentosos, tomo la federal a la ciudad no se sabe que distancia recorrió, solo sabemos que tal era su velocidad que perdió el control del automóvil, por fortuna las dunas de tierra a las orillas de la carretera hicieron que se detuviera paulatinamente.

Texto agregado el 16-01-2007, y leído por 593 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
16-01-2007 Me gustó su redacción, saludos. corvo
 
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