Heme aquí
tu eterno guardador
a ti, a ti te hablo...
Dama Distante, sincera hipocresía
que mis ojos te lloran, mis manos te buscan
mi corazón te llama, y tu no estás aquí
a ti te hablo y no me escuchas
porque estás perdida
entre otros mundos, en medio de la nada
distante y callada
como la tarde que nos reunió al principio
como la noche
como la fría lágrima que ahora mis mejillas recorre
canta conmigo este verso triste, este requiém al dolor mío
oye sus gritos, acaricia su pálida piel
¡Oh amor, amor mío...! hoy te has ido aunque te tenga enfrente
impávida, inerte, vacías tus fuentes, vacía tu alma
espinas que besan mis labios, llora mi alma con sangre por tus traiciones
malvada flor de destierro, olor a tristeza eterna
no hice nada para merecer tal castigo
solamente amarte, solamente odiarte
Imposible figura
entre las estériles confesiones del alma mía...