ASIA BLANCURA


Dormitando estaba en el primer
amanecer; de un verano,
manobriando de una cualidad
antigua; mi salida; mi escape:
rodeado de arcaicos qué no
interfirieron en mi entrada,
sola te tuve. ¿Sigues ahí? ¿Esperándome?

Tienes entre tus ojos,
pero bien profundo,
el enigma forjado de celos y dolor,
causados por tu presente ausencia.
Nunca renunciaste a tus ancestros asiáticos;
con los cuales nos instruimos
de libros y lugares, formulas y secretos.
Los secretos profundos de la orina,
ya conocías, no eran nuevo para ti,
ni los untos de placer
comprados en bazares.