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El sucio
y repugnante engaño
del Padre invisible
de la mentira

Fruto podrido
de la Descendencia de la Serpiente

Levantadas enseñanzas falsas
de los polvos de la mentira
y la rebelión...
¡INSURRECCIÓN!

Despiadada capacidad motriz
poder escaso en supremacía
lengua espía y manos de leñador
su fuerza está en la propaganda

Negro por blanco
y blanco por negro

Mentira por verdad
y verdad por mentira

Encarado bestial ser asqueroso y repugnante
¡Orgulloso!
No reconoce
que está equivocado

Poco tiempo le queda
hasta el día para ti fatal
para declarar ante el tribunal
tu incompetencia total

¡Hasta cuando!
¡MENTIRAS!
¡BASTA YA!
Lo único que logras
es tu putrefacción

Como un cerdo
en su propio fango
¡NAUSEABUNDO PUERCO FÉTIDO INMUNDO!
te revolcarás hasta morir

Así como la luz delata
a las más sucias alimañas
que se esconden en la oscuridad
detrás de piedras fanfarronas y nefastas

De la misma manera
tu patética libertad
se extinguirá
y de tu boca maloliente
ya no saldrá una falsedad

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La única fuente por la cual conocemos a Satanás desde los tiempos más remotos, es decir, por primera vez, es mediante los textos antiguos de la Biblia: el texto hebreo y el griego.

En el texto Hebreo, el término de la misma nomenclatura “sa-tán” significa literalmente en su traducción al español “resistidor” u “opositor”, alguien que se opone a algo y lucha en contra de algo.

Por otro lado, en las Escrituras Griegas, este ser se codifica en la palabra “di-á-bo-los”, y significa “calumniador”, alguien que lanza mentiras para hacer creer la mentira y no la verdad de un asunto.

Desde ese punto de partida, podemos deducir basándonos en esa misma premisa lógica, de que si está adoptada la creencia de que el Diablo no existe, el significado de su nombre o definición se cumple en un ciento por ciento.

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