| "Mil cuatrocientos noventa y dos"
 Pensantes, intelectuales,
 el mundo es un cubo,
 los dragones en el mar,
 el horizonte el fin,
 protegiendo la verdad.
 
 Ambición de la humanidad,
 un pirata se embarca
 para realizar un sueño,
 ese es su destino
 y recluta a toda la escoria
 del mundo conocido.
 
 Loco, enfermo,
 de tales cosas le acusaron
 pero sin importarle
 un nuevo camino salio a buscar,
 y con inocencia
 marco un ultimatum a las tierras,
 a la realidad.
 
 Un viaje agobiante,
 rebelión de la tripulación,
 meses extraviados
 y comenzaba la desesperación,
 ya nadie lo creía,
 no había esperanza,
 y ¡tierra a la vista! se grito.
 
 Así comenzó el exterminio
 y el descubrimiento de un nuevo mundo;
 se le dicto: "mundo incivilizado",
 "barbarie";
 ellos lo creían,
 ellos llegaron a la fantasiosa India perdida.
 
 Nativos asombrados,
 pieles rojas a sus dioses habían encontrado,
 el día llego,
 recibieron los presagios con bondad,
 y con ignorancia
 la civilización se aprovecho,
 se aprovecho
 y se llevo las cosas de valor.
 
 Un nuevo camino en la historia,
 el nuevo tiempo se embarco en la memoria;
 Europa viajante,
 Europa colonizaba errante,
 la civilización evoluciono... en barbarie,
 los nativos abrieron los ojos
 y pudieron ver los ríos de sangre.
 
 La madre naturaleza observo,
 las selvas se tiñeron de hedor,
 el verde en rojo,
 y el rojo en la masacre entera
 de una lejana civilización,
 la más grande
 q el mundo jamás vio.
 
 Pasado, presente,
 nada es diferente,
 en nombre de Dios,
 en nombre de la cultura y la religión,
 en nombre de un mundo civilizado
 destruyeron como animales un imperio,
 destruyeron vidas;
 exterminaron los conocimientos
 y la cultura (impusieron la desolación).
 
 La paz fue la guerra,
 y las mentiras tejieron la telaraña,
 aborígenes atrapados,
 lucharon por la supervivencia,
 por la subsistencia
 frente a los invasores de la madre tierra.
 
 Raza blanca superior,
 sangre asesina, sangre azul,
 excusas benditas,
 una cruzada en el nuevo horizonte
 se desato,
 riquezas por baratijas,
 y nativos por avaricia.
 
 Negociaciones, pactos, dominaciones,
 esclavos, asesinatos, invasiones,
 en nombre de dios; luchar por la liberación,
 sangre, cadáveres, batallas,
 humanidad en vano, diferencias, putrefacción;
 colonizadores, selvas, ciudades,
 y heridas de la rebelión.
 
 Cazadores de animales,
 cazadores cazados
 en nombre los conquistadores,
 asesinos, exterminadores,
 un destino supuesto
 acabo en la contaminación del aire,
 acabo en la muerte
 de una fingida raza inferior, algo tarde.
 
 Ruidos en las sombras,
 blasfemias traídas desde
 donde sale el sol,
 supuesta cultura superior,
 supuestos seres de la civilización,
 supuestos y excusas
 para el exterminio de una tierra espiritual,
 q en un nuevo mundo se bautizo.
 
 Muertes en el tiempo,
 en las fechas y la memoria,
 un recuerdo de nuestras tierras
 que se convierte en leyenda y en historia,
 un recuerdo de la sangre derramada
 por la curiosidad del hombre blanco,
 por la superioridad de sociedades
 q impusieron el pensamiento,
 q impusieron la pólvora y el oro
 por el llanto.
 
 Y todavía resistimos
 sabiendo la verdad,
 sabiendo de quien venimos,
 sabiendo de una raza de asesinos
 q exterminaron el pasado con su ignorancia
 el saber de nuestro origen.
 
 El saber con el mayor pésame
 sentido y escrito,
 el saber,
 el simple saber
 y la nativa esperanza del recuerdo
 de un mil cuatrocientos noventa y dos,
 que inicio la desaparición de un pueblo.
 
 
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