Cuatro novatos éramos,
en esa tarde;
talvez fue una tarde
demasiado tardía par mi,
que hoy recuerdo mas que nada.

Oscar dirigía
Evenor temblaba
Fidel nervioso
Yo, las tres combinaciones.

Te poseímos con gusto propio.
Ajenos éramos los novicios
que te encaminamos a la colina pelona
de nuestro ingenio juvenil.

Nunca te admire después de esa nostalgia,
que yo fui quien te sedujo a la ranchera
que consumía combustible
de un imperialismo odioso
que comida nos daba.

Calzón, bloomer, chomino,
rosado, pink, mujercita,
pantaleta.

No te recocí en mis aventuras
de jovial ingrato por justicia
que llego tardía
al igual que esa tarde nefasta
que los rojos y negros
empujaron a un pueblo.

Pasa el tiempo, al igual que
el verano que cala mi mente
fresca, con hambre de amor,
de justicia,
de armas,
de granadas expansivas,
de penes doblados en tu interior.