Cada vez; preciosa, que alzas tus brazos
solo por segundos para sostener tus piernas,
indicas a lo lejos que estas en amor.

Caigo y me levanto
y vuelvo a caer.
No existe ova alguna
que me levante y me ponga
dispuesto ante ti.

El poste que nos esconde
hoy se mira más pequeño, mas claro.
No tengo el poder, aquí en mis manos,
para golpearte a besos y torturas de amores
para que grites
y me digas: Si, si si……….

Contemplo tu retirada
más que estratégica,
económica
familiar
moral.

Caigo como tantas veces en tu regazo;
que no me niega abrigo
no me niego cariño.
Vistes de rosado.

- No te quites el pelo corto
- déjalo caer.

Tus pequeños tacones
alumbra mas allá de mi vista.
Ven, si, ven aquí que con mis
defecto
caricias y ternura brusca
te tengo, imaginariamente
en mi pecho.