Existió en una época una mujer anciana, una viejera; hechicera que por donde pasara dejaba cenizas y regaba el mal.
Todos la conocían, y le temían.
Cierto día en el que pasó por un pueblo llamado no me acuerdo como, dejo las plantas secas, los lagos vacíos, los animales muertos y todo ya sin uso alguno de lo roto que se encontraba.
Los moradores del lugar se enojaron mucho, y fueron a buscar a a un hechicero bueno que les dió la solución de que debían de quemarla la próxima vez que pasara.
Entonces, esto hicieron cuando volvió a pasar: agarraron antorachas y se le subieron encima y la quemaron con brutalidad, pero fueron tantas las antorchas que terminaron quemando sus propias casas, iglesias y en fin todo el pueblo y el cerro en el que vivían.
Así fue como murió la vieja, viajera, hechicera; y el odio de todos los pobladores de aquel pueblo fue tal, que sus corazones también se quemaron y quedaron como las pesronas mas solas y desgraciadas de toda la historia...

FIN