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Mes Bisiesto



Nací hace muchos años, en un pequeño pueblo, pero estos últimos años estoy y me siento lejos del; lo extraño mucho.

Mi padre daba sus primeros pasos como doctor al momento de mi nacimiento, pero ya era grande entre su familia ( la misma mía) y mas todavía entre los que escribían letras en su grupo y los de otras “generaciones”, tales como los de la Traicionada.

Se contaban los pobladores con solo 3 ceros, así que nos conocíamos todos los de arriba, los de abajo, todos éramos un solo pueblo.

Con mis padres conocí de Marco Polo, conocí de Machado y lo hermoso de Vivaldi, la geografía y otras ciencias siempre estaba presente en nuestras reuniones y para estas fechas continúan con el mismo ritmo; y mi tío Jaime cada día nos alegra e instruye mas con toda sus narraciones, bellas y perfectas.

Mi pueblo entero se vio envuelto en una inmensa guerra y poco tiempo después se continuo la mas sangrienta de ellas; los dolores de esas flechas continúan en cada corazón de cada casa.

Desde joven viaje al campo, a conocer mi pueblo desde lo alto de un cerro, viéndolo en los amaneceres de cada fin de semana, por las noches partíamos a cualquier cerro cercano para saber de que forma nuestro pueblo dormía, solo. En muchas ocasiones mi papa nos llevaba a caminar en los pastos del ganado cercano, avanzarnos en los saltos de su juventud en las corrientes de su apacible vida de poeta. Aprendimos mucho con mis primos y amigos. Las fincas de los tíos siempre estaban a las ordenes para ir a pasar un fin de semana, unos días o todo el tiempo que quisiésemos.

En las zonas rurales aprendimos el lenguaje y las costumbre de nuestros campesinos todo se convirtió en una pesadilla que el campesino fue el mas sufrido, cuando un grupo de guerrilleros disfrazados de “democracia” tomaron el poder.

Ya para ese entonces las familia se iban separando en la distancia de la confianza y el amor, la moral cayo por los suelos no así la inflación que los mas pobres; como siempre; fueron los que mas sufrieron en los años venideros de una guerra que duro casi la década, para mi fueron casi 7 años, por solo unos días no fue así. Por todo lo aprendido en mi niñez, juventud, y años de universidades me lance a esta aventura, de años “perdidos” de mi juventud; pero con la aventura vivida no me he arrepentido ni un solo instante de todos esos años de guerra fratricida en la que participe con todo mi cuerpo y amor.

Todo inicio en el mes de Julio de 1983, joven, con el corazón en la mano que era lo único que poseía me enfrasque desde los primeros días a saber y comprender desde el intestino de esa guerra; las verdades por la cuales yo me encontraba ahí, bajo una “champa” en medio de la noche rodeado de un veintena de compañeros descansando para la jornada que nos esperaba en los próximos días. Calcule que para esa Navidad ya estaría en casa, no fue así; sino que fue hasta la Navidad de 1992 que la pase en mi casa (bueno la casa de mis padres), y esa hasta el momento fue la ultima; la antepenúltima casi se sale de mi memoria, pero creo que fue en la del 82.

Casi en los finales de esa década me encontraba lejos de toda luz eléctrica, lejos de Coca Cola y cafés con azúcar, lejos de la llamada civilización. Solo una radio me tenía conectado con el resto de mi país y lo que pasaba en los alrededores de este. Las costumbres que poco a poco fui aprendiendo cada día eran más y más interesantes, lo mismo pasaba con el nuevo lenguaje aprendido; supe que “solamente” era lo mismo que decir “con mucho gusto”, nada tiene que ver, pero así lo aprendí y así sigue en lo mas fondo de mis recuerdos, para que mi memoria se tome mucho tiempo en sacarlo de mis alegrías y mis penas.

La alimentación podría ser cualquier cosa, desde un venado a la cola de un lagarto, todo era “carne”, había que comer, nos podrían venir días y días sin comer así que la alimentación era muy importante en cada día que la vida nos diera oportunidad. Supe de las vigilias, en mi pequeño pueblo nunca supe de ellas, la única ermita que conocía estaba en el pequeño poblado de El Tule, en esas aventuras conocí muchas, todas levantadas con cariño por el pobre campesino en cualquier terreno que estuviera libre, y ahí la tierra abundaba en todos los alrededores. Las huestes enemigas las usurpaban en cada pasada, en ellas desde violaciones de todo tipo, hasta defecaciones corporales así estaban de expuestas todas las ermitas.

Casi todo tuve que aprender, siendo un joven “citadino”, tenia que aprender de todo, el caminar de noche, bajo lluvias y sobre de el fango, tenia que hacerlo por ellos y por mi; era mi deber. Grandes ayudas de los civiles nos hicieron llevadero todos esos, casi, 7 años de vida ganada y no desperdiciada.

Supe del Día De La Cruz, de las malangas y los tomates de gallinas, cocinar con diferentes tipos de leña y sabores, a poder fumar bajo la lluvia sin mojar mi cigarro, costumbres que me quedan en los mismos recuerdos de las noches en que solo me encuentro; con mis recuerdos y con aquellas lagrimas del corazón que salen remotamente de mis glándulas lagrimares. Comprendí el verdadero amor hacia las milpas, el olor de la lluvia antes de su presencia, las medicinas naturales aplicadas por mi padre en su tesis, las vi. Surgir para aliviar el camino del enfermo.

Muchos recordamos a Manuel Antonio Noriega, es verdad, muchos lo tenemos en la mente, yo más que muchos o menos que otros; pero lo tengo presente. No de la manera que se pueda pensar o creer o idealizar; pero lo tengo presente por el mes bisiesto que viví cerca de La Quesada, colonia pequeña y pobre, rica en ayuda y amigos. Fue en el mes de mayo cuando llegaron las elecciones a Panamá. Por eso recuerdo a Noriega; por eso y por la “ayuda” que nos dio antes de quitar la cabeza de Hugo, pero nos ayudo y el mal ya estaba hecho y había que cambiar el nombre de la columna guerrillera, Spadafora se llamaba y la mentira y engaño la transformaron a Rubén.

Ya había pasado años en esta vida de joven ambulante, yo creía que todo lo conocía y sabia, pero en ese mes todo cambio para mi. Las costumbres, me eduqué en ellas, de la misma manera que el lenguaje y las creencias adquiridas en tantos años de vivencia conjunta entre la vida y la muerte. Se aparecieron los últimos días del mes de marzo y los rumores alcanzaron su máxima magnitud de creencias, las cuales hoy tantos años después; respeto.

Cambien mi reloj por un chancho, el hijueputa era tan grande, como lo suficiente para alimentarnos por dos días o talvez mas, todo era comida, todo era municiones; seguido de la gran importancia de las medicinas. Pero alimentación era mas que nada lo más apreciado (fuera de las municiones), por todos.

Bueno, ya dejémonos de pláticas, vamos al lleno.

Fue en el mes de Mayo, Noriega en Panamá tenia el poder, nosotros preparando el chancho para pasar esos días llenos de estomago, ahora recuerdo que antes de ese mes se me indico “viajar” con “Ali” hacia la zona de “Rama Cay”, tenia dentro de mi bolsas una radio que era la único que me mantenía distraído, escuchaba las noticias sobre nuestra lucha, la importancia de nosotros en las montanas para poder ser libres y no huir hacia tierra lejanas, en el silencio de las noches se podía sentir la respiración de los compañeros, que talvez podría ser su ultima noche. Salimos con Ali, enrumbado hacia el norte, buscando caminos cortos, sorteando enemigos, caminando sin parar, días y días sin descanso, las pocas lluvias nos atrasaban el camino, pero siempre seguíamos la luz que nos guiaba para llegar donde se ordenaba, hermanos combatientes que nos encontrábamos nos guiaban con mucho respeto hacia la casa de un civil para que este nos guiara mas y mas adentro de nuestra misión, entre las pocas horas de descanso que nos tomábamos, resurgían platicas de todas las especies, de todas las categorías, siempre me sentaba con mucha atención, como si me encontrase en la primera fila de un teatro, y escuchar en el silencio mió; todas la aventuras que mis compañeros de andanzas relataba, siempre buscaba como ver lo mas bello de esas narraciones, y así recordé que mis padres me dieron mucho pero no me habían dicho de que existía meses y meses, cuando Miguelito nos dijo que en este próximo mes de Mayo deberíamos de tener mucho cuidado, ya que iba a ser un “Mes Bisiesto”; primera vez que pensé que mis padres y tíos no me enseñaron mucho, no sabia de la existencia del mes bisiesto, así que con mas cuidado y atención escuche todo lo que estos 4 compañeros hablaban del mes en si, Ali, Mataleón, Pedro, Miguelito, estos cuatro día a día se preocupaban mas por dicho mes, yo, un joven citadino, les decía que eso es solo superstición que no existe mes bisiesto, pero ellos 4 siempre preocupados por el mes a venir, tengamos cuidado, vamos a tener muchos heridos o muertos, o talvez el enemigo nos quite a mas de alguno y no lo volvamos a ver, es mes bisiesto andemos con mucha precaución. Cuando un mes trae Domingo 7, ahí es cuando se produce el mes bisiesto, bueno ya se a partir de esos días que existen mes bisiestos.

Prendí la radio, sentado sobre un tronco, bajo la misma sombra que estábamos disfrutando, de un día fresco y con un cerdo que compre con mis reloj, íbamos a comer varios, ya nos encontrábamos con los muchachos de Rama Cay, los que andaban con nosotros y ellos ya éramos unos cuantos hambrientos, deseosos de una carne fresca y un descanso en ese Domingo 7, en el mero día del mes bisiesto. Dentro de las noticias lo más importante por todas las radios era que Noriega se robaba las elecciones, llame a Ali para que estuviéramos al tanto de esa situación, ya que años atrás indirectamente nos incumbía la política panameña., no se como, por algún instinto eleve la vista hacia la ladera de la colina que teníamos de frente, fue el instinto, varios observamos a unos militares bajando apresuradamente la colina, solo logre a ver los últimos tres o cuatros de esa columna, venían bajando rápido y así mismo actuamos nosotros, pero ellos ya nos llevaban un poco de ventaja. En cuestión de segundos se armo el combate; una vez más a medir fuerzas y estrategias pero ellos ya tenían un paso sobre nosotros. En segundos se entablaron las fuerzas las balas nos silbaban cerca de los oídos, cerca de todas parte, parapetados en cualquier lugar nos enfrascamos, pero teníamos que retroceder, nos estaban ganando, sus fuerzas numéricas nos estaban ganando, tácticamente nos fuimos replegando el primero cuidaba la espalda de siguiente, con pocos pasos pero firmes fuimos buscando nuevas posiciones, el tiempo parecía detenerse, ya los pies temblaban y no teníamos fuerzas para retroceder mas, había que detener el avance de esas huestes, sentíamos bajo el fuego de los fusiles la frescura de las sombras, las hojas caían sobre nuestras espaldas, pero siempre adelante, buscando nuevo refugio donde poder empotrarnos y detener ese avance.

Después de un corto tiempo ya todo estaba en calma, las huestes enemigas iban con rumbo a cualquier otra parte, nosotros teníamos que reagruparnos ver como estábamos después de la replegada que tuvimos que dar. Poco a poco fuimos apareciendo en el mismo lugar donde inicio el combate, cuando llegue al lugar, no había cerdo, todo se había perdido, nuestros enemigos lo consumieron, perdimos el alimento de esos días, pero estábamos vivo eso era lo mas importante en ese momento. El mes bisiesto lo tenia enfrente, cerca de todo, no podía apartarlo de mis nervios, ya todo estaba terminado. Entre las sombras que los árboles producen fueron llegando mas y mas de nuestros hermanos, poco a poco nos juntamos y el mes bisiesto iniciaba las creencias para aquellos cuatro que me indujeron en esa creencia, los cuatros con los cuales inicie la misión; para ellos ya estaba terminada. Llegaron cargado en los hombros de los restantes, uno a uno los fueron colocando bajo la grama virgen, la sangre surgía levemente, era a como ellos dijeron el mes bisiesto, el mes que nos llevaría desgracia constante en todo lo largo de ese fatídico mes. Ali y los otros ahí estaban tendidos en el suelo y las miradas fijas en cualquier parte, retorciéndose de dolor, los 4 tenia la pierna derecha quebrad por una o mas balas, ya todo era mas claro par ellos, Ali me dijo “te fijas, hay que creer en este mes” yo me quede cayado en mi silencio, muy dentro de mi me decía: no hay que creer en estas cosas todo es creencia de los campesinos, todo esta en la mente de cada uno de ellos que creían en estas babosadas.

Pasado el tiempo, ya hace muchos años de todo eso vivido; tengo presente el mes bisiesto, con las heridas de solamente esos cuatros que creían fielmente en le mes.

Seria verdad que el mes fue el que les hizo el daño, serian las creencias que un citadino como yo aprendió que no existe lo que le fallo a ellos. Creo recordar las imagines de los cuatro en cada mes bisiesto que ha transcurrido desde que Noriega se robo las elecciones. Ya ellos están curados, esas quebraduras ya sanaron pero no así en las creencias que existe un mes bisiesto que mis padres y tíos no me enseñaron.

Texto agregado el 11-03-2007, y leído por 155 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
11-03-2007 Una bella crónica. naiviv
 
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