Lo siento, ayer no sentí nada.

Eso era una vil mentira, si lo había sentido, pero había sido todo muy distinto que las veces anteriores, esta vez ya no sentí que nuestros cuerpos se comunicaban con amor, solo sentía que hablaba el placer carnal. Así como cuando se tiene sexo casual con un hombre con un buen cuerpo, pero por el cual no se siente nada más allá.

No quería seguir en el círculo de la violencia, en el cual mientras más peleas y más golpes es el amor más grande, yo ahora quería un amor reflexivo y sabio. Un amor que va más allá de una persona, un amor hacia uno mismo.

Necesitaba compañía, no necesidad.

Necesitaba no necesitarte, necesitaba sentirme bien estando sola. Pero hoy que lo estoy, necesito necesitarte.