UNA ESPERANZA


Dime que algún día te veré sentada
sobre la cama, que talvez posea el
delirio de un amor frenético en cautiverio.

Miénteme que contaras mis cuerdas
de las camisas blancas
que compre en la primera semana.

Convénceme con tu manso pensar
la forma que caminarás en la sombra
de la casa nuestra, perdida para todos.

Tengo un libro que no he terminado de leer;
sobrepuesto en mi mesa de noche con las luces
apagadas, dime que tú, las encenderás a diario.

Veo la forma que quizás me guste verte partir
y regresar mas tarde, con todo lo del nuevo hogar
suficiente para otra semana más de vida.

Describe la posición del comedor de madera,
de la mesa de mimbre tierno
y de la lámpara del corredor izquierdo.

Por las noches; junto al tabanco, fumemos el
recuerdo de un viejo camino que con surco
de amor hemos cavado en este verano.

Al caer la verdadera noche
en su gran manto oscuro;
sóbame la mano y dime: “Talvez”