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Bitácora VI


¿Has contemplado el silencio?, ¿Lo has escuchado? ; Existen muchos tipos de silencios, silencios grandes, cortos, largos, provocados, autoinducidos, bellos, tenebrosos, etc. , como también los hay necesarios, cómplices, mentales, sugestivos, escandalosos, y aberrantes.

El silencio, puede ser un silencio en soledad o expansivo, social, individual, inicial, o como presagio de un gran final o pequeño tal vez, musical, rítmico, asonante, consonante y asta con rima, una coma es un pequeño fragmento de silencio, un punto final puede ser fatal.

Caminaba una noche como tantas, como esas noches para mi gusto aptas para caminar, sin mas luces que la de los relámpagos que dibujan la masa informe de la lejana ciudad en el oscuro cuadro del horizonte.

La luna y las estrellas parecían estar de feriado, los fantasmas vivos de las casas se mantenían cautivos, no todos en las casas, también en los bares, de donde llegaba a la desierta calle el obligado susurro de la música y las indescifrables palabras de quienes obstan por las copas. Era una masa amorfa de sonidos que se mezclaba con el increpante y natural murmullo de la noche.

Mis pasos, sin prisas, sin destino, como si no quisiera encontrarme, me conducían sin rumbo, no conocía el lugar, estaba de paso, siempre estoy de paso como el Ulises de Dante que escogió no terminar sus días en Itaca, viejo, barrigón y calvo al lado de su Penélope, sino, dando riendas sueltas a su pasión infinita de conocer.

“Non vogliate negar la esperienza
di retro al sol, nel mondo senza gente”...

Cierta vez un “Caballero”, que todos decían loco por su barba y su melena, además del titulo, me dijo: “Todo errante tiene su Itaca”, yo en lo personal siempre digo: “De toda Itaca parte un errante”, así que yo tan bien partí, navegando mi lunática lucidez en busca de mi “Vellocino de Oro”.

“Dichoso aquel que como Ulises ha hecho un viaje hermoso
o como aquel que intrépido conquista el Vellocino”... .

Dijo du Balay en su poema.

Me alejaba ya de los limites urbanos, había un puente de madera, quien sabe con cuantos años y cuantas historias, que desafiaba el espacio entre las orillas de un río; Me detuve a escuchar el hipnótico sonido de sus aguas en contraste con el de los grillos, cigarras y ranas que en conjunto, con muchos mas animalejos nocturnos y sonoros, a esas horas, amenizan la monótona danza de sus márgenes como una gran orquesta, acompañando la obra maestra de la noche.

Una tímida luz se reflejaba en el agua, quizá de un remoto intento de la luna por asomarse, podía ver mi reflejo como una sombra mojada o más bien ahogada a unos metros de mi nariz; Estaba sumergido en ese extraño mundo en el que a veces me pierdo con un sinfín de pensamientos abstractos que no recuerdo nunca, solo el instante de complaciente y casi orgazmica inmensidad, en el que dejo que mi mente divague sin rumbo, libre, como en un Deja vu.

Algo llamo mi atención, algo que se convirtió en temor, era un gran silencio; Tan grande que parecía que el mundo se había detenido, sentí con terror ese instinto animal, como en la selva cuando algo anda mal, mis pelos todos se erizaron, mis músculos se tensaron como esperando una gran sacudida, entonces baje la vista y vi junto a mi reflejo el de alguien más.

- Hola, buenas noches- escuche –

Era un timbre femenino, mas bien un canto apagado, como un susurro, me volteé y me dedique a observarla por unos segundos.

Tenia mediana estatura; pelo castaño, casi dorado, no muy largo, que contrastaba perfectamente con el color de su piel y de sus ojos, que eran verdes o de un color café muy claro, traía un vestido negro pegado al cuerpo que llegaba a su derecha casi asta el tobillo y se perdía en picos que discretamente subían mas allá de su rodilla izquierda.

Un escote que dejaba ver parte de su provocadora geografía y unas piernas que matarían de envidia a la mismísima Marilyn Monroe, caminaba descalza y llevaba sus afilados tacones en la mano.

No pude contener la expresión, quizá llevado por el disgusto del sobresalto y pregunte:

- ¿Dónde es la fiesta?

- Aquí, en el puente, junto al río – me contesto mirándome a los ojos

¿Nunca han tenido la experiencia de sentirse como algo minúsculo flotando en el viento, como cuando subes al tejado en una noche estrellada y te acuestas a observar el infinito y su silencio y te das cuenta de que no eres mas que una partícula de polvo que vive en un micropunto en el espacio y el tiempo?

Logre salir por un segundo de sus ojos y reaccionar.

- Bueno, a mi nadie me invito, así que perdóname, pero, adiós.

- Espera, esta es nuestra fiesta.

- ¿Nuestra?, Eso suena a comparsa y ni siquiera nos conocemos, no lo tomes como un desprecio o algo así, es que infundes temor, con esa entrada tan “silenciosa”, devenida a romper a patadas la poesía de la noche y tus ojos que aunque bellos me hicieron sentir como en caída libre a unos tres mil metros de estrellarme con algo.....

- El temor es normal, es la esencia de tu instinto, la reacción, es la que te diferencia de los animales; Nos conocemos de siempre, estuve allí en el vientre de tu madre, junto a ti, te acompañe en tus sueños y tus miedos durante toda tu vida, aun cuando creíste que no debía permanecer.

- Escucha a pesar de no aparentar mis casi cuarenta años puedo asegurarte que soy considerablemente mayor que tu, ¿Cuántos años debes tener, unos veinticinco quizás?, ¿A que esta jugando? ; Te agradezco por todo, pero hay algo frío en ti que empaña su aspecto maternal. Y con respecto a la fiesta, gracias, hoy no es mi cumpleaños, si es el tuyo, felicidades, espero me disculpes pero no puedo quedarme, tengo mucho que hacer; Ha y lo olvidaba, no se como lo hiciste pero antes de irte podrías volver a encender la música de la noche.

- Te equivocas, puedo aparentar la edad que se me antoje por que no tengo edad, existo independientemente del tiempo, por que ya existía antes de todo lo que conoces, cuando solo había una nada filosófica y la creación no era mas que silencio.

- Esto se pone divertido, déjame adivinar, eres Buda reencarnado en mujer, o Dios, si, como no lo vi antes, ¿sabes?, Siempre he dicho que Dios seguramente es mujer, nada más acorde con la maravilla de la creación.

- No soy Dios, pero puedo decir que soy su inspiración.

- Y yo Françoise Villon, bien sigamos con el juego, comienza a gustarme y no pierdo nada, ¿Qué sigue?.

- ¿Qué tal si damos un paseo?, Te prometo que no lo vas a olvidar nunca.

- Suena bien, pero debo advertirte que no hay muchos sitios donde ir en este lugar.

- De mi mano siempre vas a encontrar un buen lugar.

- Este es el momento en que sacan un cartel que dice: “BRABO, APLAUSOS” y todos comienzan a gritar como dementes.

Al fin la risa, una risa dulce y sonora, como cuando todas las cosas buenas deciden cantar al unísono, yo lo vi, había luces en el cielo, su rostro iluminado no dejaba lugar a dudas, tendría que ser la inspiración de un poeta, - tendió su mano y me dijo –

- Confía en mi.

No podría decir que sucedió, no encuentro palabras, asombro, embebecimiento, fascinación, éxtasis, hechizo, sugestión, no lo puedo explicar, al hacer contacto con su mano dejamos de estar, o todo dejo de estar donde antes, el puente, el río, la noche.


Me rodeaba un gran desierto, la arena, tan fina como el viento se levantaba a volar en figuras indescriptiblemente hermosas, artísticas, mas no sentía la brisa, no escuchaba nada, todo era silencio, un agradable pero atemorizante silencio, que la majestuosa imagen de infinito hacia cada vez más inmenso.

Vi romperse el horizonte por una inquietante figura que avanzaba a toda prisa en mi dirección, provocando que me sintiera más inquieto, juzgué que mi corazón se aceleraba como nunca, cada vez mas, mientras más cerca, mis latidos se hacían mas fuerte.

Por un momento presentí lo peor, por un instante en el que escasamente pensaba y aquella indescifrable imagen se acercaba más y más.

Quería correr pero no podía, mis músculos tensos no respondían a mi impulso, mi respiración era cada vez mas pesada, cada vez más caliente, aquella masa disforme fue haciéndose clara, fue tomando forma, cuerpo, aquella imagen era precisamente un cuerpo.

Un niño avanzaba asía mi a toda carrera; un chiquillo que corría ávido de tiempo, como si el mundo no alcanzara a sus pasos y fuese a terminarse en un instante - mas cerca, mas, aun más - casi podía tocarme, casi sentí su respiración, entonces, pude verle a los ojos.

Pude verme a los ojos, comprobar que era yo mismo y ya no pude dejar de correr; Sentía mi cuerpo agitado corriendo sin descanso, queriendo alcanzar un gran árbol, que cuanto más cerca mas se alejaba.

Puse todo mi empeño, mis manos llegaban a rozarle con la punta de los dedos y se escapaba en la distancia, para no parar nunca de correr con las mayores de las ansias, me evoqué teniendo este sueño cuando era aun un niño y un tirón de manos me hizo reaccionar.

No podía creer que no me hubiera movido de aquel puente, estaba allí, rodeado del mismo gran silencio, de la misma escalofriante calma en compañía de la misma misteriosa mujer.

- Era mi pesadilla, me despertaba en las noches sudado, alterado, ansioso, casi nunca volvía a recuperar el sueño, nunca supe que significaba.

- Es una imagen de lo que seria tu vida, un obsequio prematuro, un aviso, para disponerte con respecto a tu futuro.

- No creo, ni he creído nunca en predicciones.

- No es una predicción, es un deseo, un silencioso deseo que te a llevado a correr tras ese árbol que es una representación de tu vida, no huyes de nada en tu carrera, estas buscando y aun no sabes que, no tienes tiempo para reproches ni arrepentimientos, solo corres, como atado al viento, ¿Siempre has sido así?

- ¿Así como?

- Tan pesado

- No soy pesado, es que estoy desconfiado; ¿Acaso te parece poco un encuentro misterioso e inesperado, en un lugar remoto, perdido de los mapas y que de buenas a primeras desaparece para convertirse en un desierto y regresar con el mismo sepulcral silencio con que se fue?.

- Te comprendo, te prometo tratar de ser mas sublime en adelante.

- ¿Pero hay mas?

Estallo la risa, una explosión de risas, la risa necesaria y precisa para romper el cerco que el miedo me había tendido con respecto a aquella mujer.

- Cuando te encuentras en la etapa del sueño resulta relativamente fácil para el cerebro lograr vínculos entre tu vida actual y tus aspiraciones a esto lo llaman sueños o pesadillas como en tu caso.

También – continuo – cuando se llega a un estado de concentración inconsciente o conciente afloran pensamientos como estos, asta puedes escuchar el funcionamiento de tu cuerpo.

- Un paréntesis: Tengo entendido que es posible llegar a ciertos niveles de concentración y que cada uno de estos es parte de la preparación que el individuo le halla dado a su mente.

- Que una mente entrenada – continué con mi disertación - puede alcanzar niveles que rayan con la inconsciencia, lo que llaman, ciertos vínculos con el plano astral o iluminación; Confieso que soy un neófito en estas cosas, pero de concentración inconsciente nunca había escuchado, así como tampoco había escuchado de alguien con un oído tan fino como para escuchar el funcionamiento de su cuerpo, mas cuando tengo entendido que nuestros impulsos son eléctricos.

- Tienes razón; existen varios niveles de concentración, unos mayores y otros menores, solo que tu concepto de menores no tiene el rango suficiente, como para incluir que un individuo conciente y común en su vida, sin proponérselo se encuentra en su quehacer diario, en miles de situaciones que requieren de su concentración y cada una de estas situaciones, resulta un entrenamiento en potencia para su mente.

Un individuo cualquiera, es capas de conducir un auto analizando mentalmente y sin perder el sentido de la orientación, la velocidad, la distancia entre vehículos, el cuidado de los peatones, etc. , el estado de cuenta de su tarjeta de crédito, ¿No es esto concentración?.

Esto se llama concentración inconsciente, es la que adquirimos en el transcurso de la vida, dada por situaciones diversas, este mismo individuo común, cuando comenzó a manejar tenia que prestar el cien porcientos de su atención a la acción que estaba llevando a cabo.

- Ahora si es mujer, salió apurada de su casa para el trabajo, lleva el estuche de maquillajes en una mano, se va mirando al espejo en lo que atiende el celular y esta manejando a la vez, en lo que piensa que va a decir cuando llegue; no es que este criticando a la mujer no me mires de esa forma no soy un machista, pero este es un caso muy común de desconcentración provocada o de accidente seguro.

- Volvamos al tema, es posible escucharse a sí mismo y no por medio del pensamiento o del tímpano. Seguramente en algún momento de soledad, cuando te encuentras enfrascado en algo que requiere de toda tu atención, como en una actividad creativa, ¿Has escuchado cierto sonido proveniente de ti mismo como el que hace una bocina sin señal de audio, algo así como el del ventilador de enfriamiento de un CPU en una computadora?

- La comparación es muy sugerente, si he escuchado cierto sonido no sabría decirte sí electrónico o no, especialmente cuando la actividad que estoy haciendo no es de intensidad física sino mas bien mental, eso sí, casi siempre en horas avanzadas, en la madrugada cuando no hay tanto ruido en el ambiente.

- Bien ese sonido, no es en realidad sonido, es la actividad eléctrica de tu cerebro. Como me decías hace un momento todas las actividades del cuerpo humano son regidas electrónicamente por nuestro cerebro, incluidas las actividades intelectuales.

Si prestas atención, té darás cuenta de que mientras más intenso sea el nivel de concentración en esta actividad más intenso es el “sonido”, pues más es el flujo de descargas eléctricas que se encuentra en movimiento en tu cerebro y muchas mas de estas descargas llegan a tu tímpano, provocando pequeñísimas vibraciones que en una situación normal, rodeado de sonidos no puedes escuchar. Es directamente proporcional, algunos dicen que escuchan el silencio.

Esto es por que solo en situaciones de silencio es posible “escuchar” estas pequeñas vibraciones, el silencio es hermoso, puede crear siendo bien utilizado armonías maravillosas, el silencio puede crear sonidos o mejor decir, el silencio bien ubicado entre sonidos puede ser música para nuestros oídos.

- Hay silencios y silencios

- Si en eso estoy de acuerdo

- El silencio es horrible cuando te imponen callar lo que no quieres o no debes, en este caso el silencio rompe con toda armonía y no precisamente musical.

- Muchas veces callan cosas que no quieren o callan cosas que no deben o creen que no deben hablar, esto también es silencio y también puede ser de beneficio para la persona.

- En algunos casos, y me atrevo a decir que en muchos frecuentemente el silencio obligado no es de ningún beneficio, en una mujer maltratada, en el caso de una violación sexual, en el caso del encubrimiento, en el caso de lo políticamente mal hecho y en infinidades de ejemplos que te puedo poner, el silencio es un desastre.

- Para otros el estoicismo silencioso a sido merecedor del titulo de héroe.

- Para otros también ha sido merecedor de la muerte.

- Estas viéndolo todo desde un punto de vista negativo.

- No, solo estoy tratando de ser realista, el silencio tiene muchas facetas, muchas caras, unas pueden hacernos felices, otras pueden destruir nuestras vidas.

- Dime una sola cosa que guardes en silencio que pueda destruir tu vida.

- Si te dijera de algo como esto que me pides estaría traicionando mi voto de silencio, además, estaría poniendo en tus manos algo que seguramente no sabrías utilizar y terminarías haciéndome daño.

- ¿Te pedí que confiaras en mi?

- Si, pero no esperaras que lo haga en serio, acabo de conocerte.

- Tu realismo me ofende.

- Y tu petición es infantil.

- De todas formas no es necesario, ¿No te das cuenta de que sé todo sobre ti?

- ¿De veras?, ¿Entonces por que preguntas?

- Por que supuse que era tiempo de que te abrieras y te relajaras.

- Te voy a hacer las preguntas de orden, ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Cuándo? y ¿Dónde?

- Te respondo: Amor, Soledad, el tiempo no importa, La Habana, puedo seguir, Rencor, la muerte, hace algunos años, en una taberna.

- No era rencor.

- ¿Cómo se le llama a lo que se siente cuando se cree ser traicionado?

- Estas siendo cínica.

- ¿Cínica?, ¿Seguro?

- No se que te traes pero ya estoy arto de discutir contigo.

- Ya vez, si eres un pesado.

- ¿Pesado?, ¿Te crees con el derecho de saber mi vida privada?, Me la hechas en cara, apenas te conozco y soy un pesado por que me pongo a la defensiva.

- Tú eres el infantil.

- Ja, Ja, Ja.

- Y, además, cínico.

- Cuando quieras puedes dejar de ofender.

- ¿Tú eres el ofendido?, No lo creo.

- Escucha; Como te llames, esta situación se esta convirtiendo en algo engorroso y ciertamente no tengo ningún deseo de continuar discutiendo contigo.

- Por menos que eso, muchas personas han vivido en el silencio el resto de sus días.

- ¡Me estas amenazando!

- ¡Te estoy advirtiendo!

Estábamos tan cerca, su olor, su respiración enojada, el brillo de sus ojos, sus labios húmedos, la soledad, la tentación.

“El beso robado”

El beso, como el canto de un ángel en la noche, los ojos serrados, los sueños, los deseos, los instintos, todo mezclado en un solo sentimiento, en un abrazo sin fin, nacido de nuestros adentros, sin resistencias, como fundidos, labios con labios, pecho con pecho.

Sentí como si mi cuerpo fuera arrullado por las olas del mar, como si me perdiera en la inmensidad del océano y sus aguas de mujer me envolvieran en un maternal hábito de felicidad y satisfacción.

- Alto, por favor, alto.

- ¿Qué pasa?

- Dejemos las cosas como están, esto no puede suceder.

- Pero, ¿por qué?

- Por que tu corazón no viviría en silencio, por que aun tienes mucho que decir y hay muchos que necesitan escucharte, por que necesitas cruzar de vuelta este puente y encontrar en algun lugar de tu vida el Vellocino ansiado, ahora regresa sobre tus pasos y no mires atrás.

No tuve palabras, sin darme cuentas estaba cumpliendo sus ordenes, regrese sobre mis pasos a la rutina diaria y a las clases en el colegio del pueblo.

El dia que me despedí de mis alumnos, regrese al puente, estuve horas esperando su posible regreso, con mi mochila y mis zapatos gastados de caminos, mis preferidos, pero no regreso.

Caminaba, sin rumbo fijo, como siempre y la brisa me traía vagamente el olor de su aliento y un susurro apagado al rozar mis oídos.

“Peeeessssaaaaadooooo”.

Texto agregado el 16-03-2007, y leído por 94 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
19-09-2009 muy bello texto tambien ... saludos HETEROFLEXIBLE
 
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