Gritos Internos (V) 
 
 
En la verdes olas que el viento me borro 
escribí la historia de un joven perdedor; 
con todo el mismo sudor que secó; 
y cantó por la libertad ganada; al caer la noche. 
 
No como del mismo aire, que un Domingo muerto 
por el aire fétido y aburrido; no canta, 
sin disfrutar una nube tirando a gris. 
La escalera del universo, no llegará a su final, 
toma el vuelo del ave migratoria  
y sobre el bendito puerto se me darán la bienvenida. 
 
Con unas acuarelas nuevas que en este camino robe 
me he convertido en soldado de músicas y vientos, 
sin poder entender en otros idiomas los sentimientos 
de lo padres, que desean el regreso de sus  “offspring”. 
 
Al poner un lente oscuro sobre la vista de mi corazón 
no logro tapar la conciencia 
de los sumos al morir. 
 
Ya el viento del norte toca mis sentidos 
el de la vista 
el del oído; 
esos no, los otros. 
Los escondidos en la razón del hijo 
del soldado emigrante de bosques y ríos 
bajo esa Patria haber nacido. 
Ya me he cansado del vivir en la misma vida 
que un mes octubre inicie la ruta hacia el puerto maldito. 
 
En los libros que se han quemado 
desde la usurpación de los españoles 
hasta el quema de los pseudos-comunistas 
todos se han perdido. 
 
Ya en esta guerra que ahora libero 
no tengo memoria de los aprendidos 
con el profesor Hernán, 
con el hermano Arturo, 
dos ausentes en mi cerebro, 
consigo liberar mis dos manos 
de los andares nocturnos de un simple vivir. 
 
Me recuesto en mi propio hombro. 
 
Sumo las tejas de las casas conocidas. 
 
Un cigarro me calienta bajo el verano extranjero. 
 
El fantasma que conocí en el 1ro de enero 
es el mismo que mañana me cantará la melodía, 
la melodía del sur con su puerto al norte; 
después de la cruzada del magno río 
de la inhóspita montaña 
de la húmeda jungla. 
Y al mero final me dará energía para no regresar. 
 
Consumo lo que produzco 
gasto lo que gano. 
 
El verde que te di en nuestro momento 
se ha convertido en aguas albúminas 
que limpian el camino; que juntos 
algún día, no sé cuando, nos juntemos 
con juventud ganada 
y experiencia conseguidas. 
 
Uso el perfume que me das 
y lo visto con mi sudor de hombre 
sin poder conseguir 
cambiarlo por tu olor interno. 
 
Todo esto se me ha perdido en el mismo puerto. 
 
Casi todo o muy poco, ahí mismo se consumió. 
 
Tengo la piel blanca y aún así te busco por las tardes. 
 
¿Qué pretendo al verte desnuda? 
 
En un mes de julio; regrese, 
un día antes de que iniciara ese mes. 
Casi 20 días tardes 
el arma rusa intento quitarme 
la mirada del puerto que de ahí mismo corté. 
 
Ya, casi 20 años 
de una vida peculiar 
llega a un principio oscuro; 
con la fuerza inmediata para derrotar 
el puerto negrumeno y alto, 
que al retorno a mi terruño 
no pise, ni mis huellas quedaron. 
 
Canto en los meses de verano 
sobre el octavo día del mes siguiente 
sin verte llorar, sola y en silencio con un cepillo 
en tus manos, ¿Te acuerdas de mí? 
 
Declamo en el mes siguiente sin ganar medallas. 
 
Cuando joven fui, gane una. 
 
Socios asociados 
de que me valieron sus palabras 
sin orden ejecutar, y sin orden continuar 
bajo el mismo farol de luna; ahí, 
nuevamente llore, al recordar mi alma 
y ver mi pueblo en sangre. 
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