Instrucciones para enterrar un muerto I.

Lo primero es cerciorarnos de su condición, No queda bien en los ambientes sociales enterrar personas todavía vivas. Primero se grita su nombre repetidamente subiendo un tono cada grito, en caso de no obtenerse respuesta, se procede a tomarle el pulso; se le aprieta la muñeca para sentir sus latidos, en caso de ser manco ambidiestro se complica y pasamos al siguiente punto.

Un vez superado el primer punto existen dos posibilidades llamar a los servicios de urgencia o a la funeraria. Los primeros te preguntarán que le ocurre, tú dirás que no eres médico pero que crees que está muerto; entonces se enfadarán porque ellos como médicos sólo tienen obligación de tratar a los vivos y total la única ambulancia que tienen está en el taller, no es cuestión de ir para no poder hacer nada, así que haberles llamado cuando estaba vivo. Luego llamaras a la funeraria, y estos te preguntarán si tienes el certificado de defunción y doscientas mil pesetas; te dirán que contestes primero la segunda pregunta porque depende de lo que respondas a la segunda carece de importancia la primera. Así que preguntarás como conseguir el certificado de defunción, te contarán que tienes que conseguir el certificado A46 firmado por un facultativo. Tú dirás que no lo tienes, y te echarán la bronca por falta de previsión, puedes conseguirlo en tu oficina sanitaria o en cualquier medico forense. Que cuando lo tengas les llames.

Abrirás las páginas amarillas, y buscaras un medico forense, sabiendo la mala costumbre de la gente de morirse cuando están cerradas las oficinas municipales. Pero ¡oh sorpresa! encontraras dentistas, homeópatas, veterinarios, masajistas, psiquiatras pero nada de médicos forenses. Entonces empezaras a buscar términos más estúpidos como recoge fiambres, asociación de bizcos caníbales, o cualquier otra chorrada más. Recordaras que tu vecino del tercero es podólogo, y desperado bajaras a buscarle. Misteriosamente en el mejor de los casos tendrás un certificado de muerte por un podólogo. En el peor de los casos lo bajas al trastero al muerto, y retrasas el problema hasta que dentro de cincuenta años arregles el trastero.

Así entramos en el último punto vuelves a llamar a la funeraria, el teléfono de estos comunicara las siguientes cuarenta y ocho horas, cuando te cojan el teléfono amablemente te comunicaran que ha pasado el plazo de cuarenta y ocho horas de la defunción; y necesitas otro certificado el A43, por ir contra la normativa municipal de tener un muerto más de veinticuatro horas en la vivienda y el peligro de salubridad que eso conlleva. Entonces colgaras; iras a la cocina cojeras un cuchillo y le asestaras al cadáver 15 puñaladas, luego llamaras a la policía dirás que le acabas de matar, así mientras esta en la cárcel ya se encargara la policía de todos los tramites.
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