Aquí estoy otra vez, queriendo escapar del mundo. Poder volar…Te miras al espejo, luego me miras, yo estoy en un rincón acostumbrándome a la idea de tenerte cerca y ahora dejar de imaginar que el tiempo no es suficiente, que no volveré a ver mi cama vacía, si nos miramos por horas y nos quedamos dormidos por un par de minutos. Ya no tendré que preocuparme por amores no correspondidos. Me paro sin decir nada, prendo un cigarrillo y me quedo mirando por la ventana como será sentirte. Como será compartir contigo mi cama para poder dormir, trataré de imaginar una vida contigo, tanto tiempo que he tratado de decir que no puedo vivir sin ti y la verdad que sí puedo, solo que quizás no quiero. Sigo junto a la ventana del departamento fijándome en toda la gente que pasa tranquila por la calle. Me tomas la mano, mirándote te sonrío, para que sepas que estoy feliz de que estés aquí conmigo. Que gracias a ti me podré hundir en miel profunda todos estos próximos días.

Así me podré sentir contenta estando contigo y compartiendo el balcón y el café solo contigo. Porque aunque compartimos el mismo aire, en este momento cuando nos tomamos de la mano hemos dejado de respirar.