Se canta y se muere sobre el mismo erotismo, los pueblos se lanzan a la guerra, y caen en la cama. Si es verdad que nos escondemos tras letras propias o impropias, no nos escondemos al final del camino. Es una razón, una religión el erotismo publicado. Hablemos, aquí mismo, sin cara escondida; sin tapujos en el corazón que nos late de envidia. Dejemos las hipocresías antes de entrar, seamos realistas, no escondamos que amamos igual o desigual que los que nos leen y los que no. Entonces:No nos enfrasquemos en esta, lucha seamos partidistas de la literatura no dividamos los encuentros eróticos y fantasiosos, reales y verdaderos, imágenes y dibujos. La hipocresía seguirá resurgiendo; y entonces: el erotismos de los poetas llegara a su verdadero final.