La tristeza no proteje. (Quizás te vi doblar la esquina) Cuando camino por las extremidades de los días advierto el jugeteo de la muerte con mi sombra. (Te me desdibujaste) Exhalás hondo un ocaso meditado, como quien recuerda los pasos perdidos de un quizás. (Me encuentro asumiendo mi vos) Dedos marchitos cargan el tiempo en un reloj de arena (Encontré tu piel exangüe)
Texto agregado el 16-04-2007, y leído por 243 visitantes. (10 votos)