Busco en el armario algo que pueda llamar tu atención, me pondré una corbata amarilla, un pantalón de cuadros y mis calcetines de Winnie Pooh, ¡ya sé, también llevaré el sombrero rojo de mamá! Me dirán joto, eso no importa yo sólo quiero llamar tu atención. -¡El huevo está listo!, grita mamá, ¡apúrate Esteban si has de desayunar! Bajo saltando las escaleras, cantando algo de Cri Cri, acomodando mis anteojos y procurando no arruinar este peinado estilo Clark Kent.

¡Pero qué ridículo te has vestido!-exclama mamá- ¿a caso estás demente, hijo de la Trevi? Yo sólo la miro, estoy a punto de llorar, es que ella no entiende que tu sola mirada me hace tan feliz. Si piensas que soy bobo, un anticuado o un nerd, ¡qué importa! Yo sólo quiero llamar tu atención. Daría la vida por sentir tu lengua en mi oreja, por que tus vellos se erizaran al oír mi voz, cómo no enloquecer pensando que esto sucederá.

Hora de ir a la escuela, hoy todo puede ocurrir. Rápidamente subo al autobús, es que ¡ya quiero llegar! Cargo tantos libros que a penas puedo respirar. Mientras tarareo una canción, me siento hasta atrás, las miradas no me incomodan pues sólo pienso en ti.

¡La escuela al fin!, ajusto mis anteojos y te busco entre la multitud, me pongo el sombrero rojo, y estoy dispuesto a bajar del autobús, no puedo con tanto libro pero… ¡espera! Ya te vi, no entres a tu salón que todavía no llego yo, sólo quiero llamar tu atención. Corro, vuelo y me acelero para estar contigo, pero qué tonto soy, no até mis agujetas de color de rosa y sin darme cuenta, caigo tendido a tus pies, pero esto no es metáfora, realmente caí y ¡me estás mirando! Creo que estoy soñando porque puedo sentir el olor de tus pies, veo tus pantorrillas y hasta ¡un callo! Quién lo diría. Me quedo perplejo y sólo leo tus labios: - pobre ratón antisocial.

Me levanto entusiasmado, qué feliz es este Mickey Mouse, y es que… ¿sabes? Mis anteojos, mis agujetas, el sombrero rojo de mamá, mi corbata amarilla, mis libros y hasta mis calcetines de Pooh, ¡estamos locos por ti!