tengo el alma desgastada de tratar de quererle, de aprensar el deseo en medio de los ojos, de respirar el aire que dejan sus suspiros, de perseguir cada segundo sus palabras como un recuerdo de su voz, queriendo en cada paso estar en su camino, pero aun mas caminar a su lado; no como un cuerpo que se mueve del punto A al punto B, sino de ser la compañera que sepa los atajos de su felicidad, en que punto las estrellas caen sobre su cabeza dejandole inconciente y placido...en que punto el mismo cielo desciende a sus pupilas haciendole reir, mientras yo siento el intenso anaranjado en mis mejillas por el calor del dia luminoso en que se dirige a mi con dulzura; o cuando oscura entre uno y otro pensamiento, me imagino azul un quiero y la noche se vuelve perfecta.