Como sacados
De soñados cuentos de terror
Apareciste en mí
Perturbando mi calma
Y colmando mi paciencia

Tan distintos eran
El día y la luna
Que siempre se contradecían
Pero creo que callábamos
Sus discusiones
Con los bullicios que armábamos

Bueno, tal vez sea efecto
Del café pasado y capuchino
Las palabras que comento,
Pero son verdades, que en este bar
Se encontraron
Dos amantes
Que se hicieron buenos amigos.

…Como encajar dos piezas
En un solo lugar…
Así encajábamos nosotros para el mundo,
Pero que importa;
¡El mundo!, loco andariego
Y vagabundo
Que sabes tú de amistades
Misteriosas.

Uno, el eterno enamorado de la nada
Jugando, llorando y escribiendo
Por un amor que
Por ser tan perfecto
Nunca existió…
Otra, la estrella iluminada,
Rodeada de oscuridad,
Tan sensible y alocada
Que pocos la llegaron a entender
Alguna vez.

Curiosamente,
El poeta enamorado de la nada
Tomaba un brindis
En un café en saturno
Con su buena amiga la luna,
Cuando llegó la estrella iluminada
Y desde allí,
Salió la firme promesa
De que cada poeta
Y su propia estrella
Serían de ahora en adelante
Dos amantes
Que se hicieron buenos amigos.