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Recuerdos de infancia - [C:278848]

Cuando amas tu suelo y tienes sólidos principios, qué bién se siente cuando liberado de hipocresías y perjuicios, una orgullosa voz se levanta y dice..."Sí señores nací provinciano" ..... ¡VIVA MI TIERRA!




Este relato se escribió desde la retina de un niño de once años, hace Treinta y Seis largos años, las imágenes que se recrean, quién sabe ya no existan, por tanto puede no ser exacta, pero sí están cargadas .... de inmensa intensidad.







“Yo conocí Conchucos”

(Primera Parte)


Situación geográfica : El pintoresco Distrito de Conchucos cuna de Notables, de Hermosas Profesoras, Domadores de Caballos y Legendarios Abigeos herederos de la gran raza de los auténticos “Indios Conchucos”, se encuentra a 300 km. de la ciudad de Lima, entre las Provincias de Pallasca y Cabana en el Dpto. de Ancash.
Se desarrolla a las faldas de los hermosos cerros “El Brujo” y “El Bandera” testigos de la grandeza de su civilización, al borde del vigoroso río Tablachaca, quien cruza sus tierras en su caudaloso trayecto hacia el río Santa, al que entrega los recados de las románticas conchucanas para los valientes “Tira Lazo” que partieron a la conquista de la capital.

Población: El último censo de 1978 estimó 1,500 habitantes, hoy se estima alrededor de 2,500.
Cuenta con hospedajes, luz eléctrica y agua potable, servicio telefónico comunal, posta médica, carretera aún sin asfalto y caminos de herradura.

Potajes: Sus comidas más reconocidas son: El Shambar, El Cushal, Trucha Frita encebollada, El chicharrón, Cuy Frito, tamales redondos, y otros más que pueden ser asentados con la riquísima y refrescante “Loja” o con la reconocida e inigualable calidad de la “Chicha de Jora Conchucana”, y para las noches no deje de degustar el prodigioso “Gro”, reconfortante bebida para recuperar el calor, eso sí, sin abusar porque no nos responsabilizamos de las “consecuencias”.

Ubicación: Conchucos está ubicado sobre los 2,800 m.s.n.m., su clima es seco y cálido, se encuentra cercano (80 km.) al punto de encuentro de la cordillera Blanca (cadena de glaciares) y la cordillera Negra (Cadena de montañas conocida como Los Andes Peruanos), este lugar único, lleva el famoso nombre de “Nudo de Pelagatos”, llamado así por lo gélido e inhóspito de su hábitat; La cercanía a este lugar permite que los conchucanos gocen de lluvias en cualquier temporada del año.

Lagunas para conocer: Lago de Pelagatos, llamado así por su extensión y gelidez, se recomienda viajar a caballo porque la vista que ofrece el camino de herradura es digna y permite apreciar desde lo alto la majestuosidad del “Nevado de Pelagatos” y las figuras de tres lagunas que a lo lejos parecen celosamente competir una sobre la otra por quién merece el solitario beso del nevado y del cielo, de los “Hermanos Valverde” (Abigeos de Leyenda) y coquetean traicioneramente a los viajeros que las descubren al llegar.
Otra laguna para visitar es Yamacocha cuyo nombre está compuesto por dos palabras de origen quechua, su nombre le fue dado por la civilización de los Conchucos y a sus orillas se realizaban ofrendas y ritos ceremoniales de diverso tipo, hoy, aún se puede ver “gatipar” (convocar a los espíritus ancestrales en posesión de los efectos de la hoja de coca en lugares vírgenes y/o inhóspitos), o ser testigo del legendario rito del “Pago a la Tierra”, este acto es celebrado por hombres de las alturas, ellos viven bajo costumbres y usanzas ancestrales y son conocidos como “Chamanes”, se les conoce tanto en el Perú e internacionalmente por sus dotes paranormales que son utilizadas por los recurrentes ya sea en dirección benigna o maligna conforme la necesidad del solicitante.

Productos: Como zona agrícola, produce papas, ollucos, ocas, trigo, cebada, hortalizas, sus tierras no son aptas para la siembra de frutas y otros. De sus ríos y lagunas se pueden extraer diversas variedades de truchas de reconocida calidad.

Reseña Histórica: Conchucos fue fundado por los españoles el año de 1735. Su alcalde más recordado fue Don Catalino López Aguilar hombre de leyes (leguleyo por vocación) y notable de la provincia, casado con doña Dominga Cardoso Núñez (heredera de las tierras donde aún subsisten los vestigios de la Cultura Conchucos por las que hoy velan sus descendientes). Nunca negó su concurso cuando era requerido por las autoridades comunales de la región para asistirlos en sus diferendos limítrofes, función que desarrollaba con reconocido éxito, no sin enfrentar las desavenencias de los aguerridos y las confrontaciones que por naturaleza nunca faltaban, jamás cobró por sus servicios, recibiendo a cambio agasajos y productos que gustosos enviaban hasta su pueblo natal, su fama, alcanzó una treintena de distritos y provincias , y hasta en el Congreso de la República en Lima, y muchas otras ciudades y pueblos que serán materia de otra publicación.
Durante su periodo, se gestionó agua potable y luz eléctrica en su primera fase, mediante generador eléctrico a gasolina entre otras distinguidas acciones de su administración. Aún se recuerda cómo a su regreso triunfante de sus excursiones, entrando al pueblo montando siempre su brioso corcel negro, repiqueteando bien errados los cascos contra el suelo, con su inconfundible sombrero de paño color marrón oscuro almidonado y bien planchado, las alas firmes a los costados, atrás imperceptiblemente levantado y hacia delante algo agachado para que caiga el agua que traía la lluvia, su poncho de lana color ocre tirado a la espalda por sobre el hombro izquierdo, mientras, con una mano gobernaba la noble rienda, con la otra desenfundaba y apuntando al cielo disparaba un tiro al aire y exclamaba con orgullo: “Donde quiera que vaya, Catalino López tiene que ser”, cuentan que mientras sus ayudantes ingresaban sus pertenencias a su domicilio él era secuestrado por la “comitiva de allegados” que lo trasladaba hasta la bodega de su buen amigo Don Germán Lara, donde otra “comisión” lo aguardaba para el infaltable “agasajo”, allí, en plena Plaza de Armas se agolpaban los curiosos para escuchar las aventuras de “Don Catito” que era el nombre con que lo llamaban en su lugar por su tamaño mediano 1.60m o por su inmenso don de gente aunque reconocido también por su carácter fuerte y firme, quién sabe.
Falleció en la ciudad de Lima el 12 Agosto de 1988 a la edad de 70 años, víctima de una infección generalizada a raíz de una mala operación a la próstata; Sus restos fueron llevados a Conchucos para cumplirse así su última voluntad, los que acompañaron su féretro cuentan que los lugareños aledaños a la carretera, saludaban su paso flameando pañuelos blancos, al día siguiente de llegado a su pueblo, fue llevado a su sepulcro en hombros de sus amigos, compañeros apristas (su partido político), autoridades y familiares, el cortejo fue acompañado por banda de músicos conforme se estila en estos lugares. Su hijo Reinaldo López Cardoso le construyó un nicho doble con techo a dos aguas a base de piedra y cemento y en la parte superior a manera de cuadro, Glimer (hijo mayor de Reinaldo y Nieves) pintó una hermosa Virgen que vela por su descanso eterno junto al cuerpo de su esposa “la Mamita Dominga”.
Si tuviéramos que resumir en una frase la vida de este gran hombre, de seguro que es con lo que él siempre repetía : “La mejor herencia que se le puede dejar a un hijo, es el amor a la lectura”.
Cuentan que los viajeros de la zona, visitan su tumba, que se encuentra a la entrada del cementerio y le dejan una “lajita” (piedra plana chica) en señal de reconocimiento, dicen que “da suerte”.

Festividades más conocidas:

- Fiesta del Señor de las Animas,
- Fiesta de San Martín de Porres,
- Semana Santa.

La “Fiesta del Señor de las Animas”, por su fastuosidad es la fiesta principal de la ciudad, sus lugareños se preparan prácticamente todo el año para las dos semanas de fiesta en que recibirán la visita de propios y extraños. el Programa se repite anualmente pero año tras año los Priostes o Mayordomos elegidos compiten en mejorar la presentación anterior.
La primera semana “Los Chirocos”, “Las Entradas”, “Las Payas”, “El Quispe”, La Muerte” y cuándo no “Los Diablos” recorren las calles alegrando la ciudad.
La segunda semana “La Carrera de Cintas”, “La Misa Solemne”, “La Procesión”, “La Carrera de Naranjas”, “El Encierro de Toros de Lidia”, “La Recepción a los Toreros”, “La Luminaria”, “La Quema de Castillos” y “La Corrida de Toros”; Cierran “La Fiesta del Señor de las Animas” “El Premio a la mejor Banda” y el “Ofrecimiento del cargo al nuevo Prioste o Mayordomo” con la “Fiesta de Despedida” hasta el próximo año.

Los Chirocos: Singulares personajes que viven en las alturas, visten ropas raídas por el tiempo, su calzado consta de un par de hojotas hechas de llanta de camión y los pies que las calzan están callosos, con los talones partidos por el frío, el pantalón es de faena de labriego de tela gruesa tejida en el lugar (llamada bayeta), generalmente está zurcido, no usan cinturón pero amarran al cinto una onda hecha de lana de oveja, con ella arrojan piedras a largas distancias con asombrosa precisión cuando cazan o en defensa propia, cuando el blanco es la cabeza el golpe es mortal, protegen el torso con un polo de algodón y vieja chompa de lana casi siempre en cuello “V”, cruzan la espalda atado hacia el pecho un manto rasgado con el que se cubren durante las noches y envuelven algunas pertenencias ocasionales, usan sombrero de paño que alguien alguna vez les obsequió en buen estado, lo hunden sobre sus cabezas y las caídas alas agregan al personaje un tono humilde, lejano y misterioso, beben aguardiente de pésima calidad con la cual parecen suicidarse, son pocos los que los han visto comiendo, sin embargo “chacchan” (mastican y pasan el jugo, luego escupen los residuos de las hojas de coca) la mayor parte del día, claro siempre acompañados de un pequeño recipiente de calabaza donde llevan en polvo un raro mineral al que llaman “cal” tapan el recipiente con una cabecita que tiene una gruesa aguja con la que frotan el interior y luego alcanzan a sus bocas con increíble y necesaria maestría puesto que dicho mineral contiene sustancias que al hacer contacto con la piel interna quema como el infierno, portan un bombo viejo pero fuerte al que llaman “caja” consta de una madera arqueada en círculo y a los lados tensado los cueros de oveja con el mismo material al que golpean al ritmo de una música de tosca flauta que pareciera llamar a una marcha pobre, honda hasta el alma y llena de misterio como uno mismo, su público nunca es lo mejor del pueblo sin embargo son esperados por los pobres, los taciturnos, los solitarios los niños y los borrachos, no queda duda la fiesta señores va a comenzar, cómo será la fiesta, la gente se empieza a preguntar.
La Entrada: Los priostes o mayordomos abren sus puertas para recibir las ofrendas o contribuciones que los amigos y familiares donan al prioste para que este alivie la carga económica del costo de la fiesta popular. Usualmente estas donaciones son en papel moneda (soles y dólares) y son pegados en las patas y/o cabezas de reces beneficiadas, las que son paseadas con baile de los amigos y familiares a ritmo de banda de música que parte de la casa del otorgante a la del prioste; Este acto se conoce con el nombre de la “Entrada” y cada una de ellas compiten tanto en el aporte económico, presencia musical, cantidad de acompañantes y fastuosidad, los fiesteros pasean danzando todos unidos del brazo en filas de 10 o más personas al ritmo de los sones que propone la banda, esto se conoce como la “Shuturueda” y consiste en avanzar dando de jalones a izquierda y derecha y hacia delante y atrás; La recepción consta de bocaditos, potajes y chicha de jora preparados para la ocasión y por supuesto la fiesta ya empezó.
Las Payas: Como cualquier danza ancestral o tradicional, no registra ni el lugar de procedencia ni en qué época se instauró, pero sí podemos decir en su auxilio que muchos referentes le atribuyen a esta danza una razón de rito religioso que conmemora la presencia y fuerza de la mujer andina a la hora de la guerra, de la siembra y la cosecha, de la bondad y lealtad.
Las Payas, son siempre mujeres mayores de edad, en raras ocasiones son jóvenes, visten trajes caros y finos, sus calzados son de cuero de color negro, medias de nylon color carne. faldas y finas polleras bordadas con esmero, el color predominante es el turquesa, sus blusas tienen mangas largas con aplicaciones a crochet, también son bordadas y son de color blanco, usan un hermoso chal o reboso que llevan sobre los hombros, peinan con dos largas trenzas adornadas con hilos multicolores, sus anillos, collares y aretes son de plata antigua trabajada en filigrana, sus cabezas sostienen grandes sombreros de paja planchada color blanco de copa alta y lleva una cinta negra alrededor de la copa, prendida con un gran imperdible, se adornan con infinidad de antiguas monedas de oro y plata ahuecadas y cocidas a sus trajes, avanzan danzando dando medios giros de izquierda a derecha con pasos menudos, portan en una mano una caña de maíz con hojas y fruto la que con ritmo sostenido y al son de canciones ancestrales que ellas mismas entonan, estrellan la base del tronco contra el suelo de forma que el efecto del golpe produzca un sonido que al mezclarse con el ruido de las monedas y sus voces agudas den la sensación del rumor que produce el viento cuando pasa presto y perdido acariciando las chacras de maíz, no hacen piruetas ni son espectaculares, de repente no gustan pero si las entiendes se ganarán tu respeto.
A donde quiera que vayamos siempre habrá Payas, son como madres elegantes, mostrando el logro con el ahorro del dinero, enseñándonos a cultivar los valores y la tierra y también a reclamar por la justicia cuando tarda y no llega.
El Angel: Singular personaje, incansable saltarín, de contextura delgada y tan ágil como un colibrí, casi nadie lo acompaña, es tan pulcro en su vestir, zapatillas blancas y finas, medias blancas hasta la rodillas, vestido de tafetán con bordados de color blanco, pantalón blanco a la rodilla, blanco el grueso cinturón, su andar, su danzar, su mirar, en fin todo en él es tan extraño, casi siempre va mirando al suelo, al costado le acompaña un niño y este toca un tambor, el ángel como en un sueño, porta la espada defensora la cual blande en señal de poder, sus alas son lastimeras, pues él sabe que nunca volarán, quien sabe si es por eso que parece danzar triste, casi nadie lo acompaña y a nadie importa a dónde va.
La Muerte: Si el ángel no te impresionó, cuidado si no estás prevenido, la Muerte si te puede “impactar”, eligen a un muchacho alto y fornido, no es requisito que sepa bailar, pues ni siquiera es necesario saber hablar, eso sí indispensablemente debe saber actuar; lo visten con capucha y túnica negra, tan larga , tan negra, y, cómo se arrastra, los zapatos son de color negro y en punta, viejos y arrugados y cuan largos, no corre, no tiene prisa, sabe que tú sabes que aunque te escondas..te alcanzará, sus pasos largos pero de trazo ancho le permiten un ritmo entrecortado cual imagen en cámara lenta, lo cual a su misteriosa figura agachada agrega suficiente morbo en el expectante sobre cuando se acerca, cuando parece haberte elegido y te acecha, y te acorrala y blandiendo su “guadaña” levanta la cabeza y deja descubrir su rostro más o sorpresa no tiene rostro porque es “La Muerte”y una bien dibujada calavera “te mirará”, si te asustas no se irá y mientras acerca a tu cara su “cara” moviéndola de un lado a otro, despacio, pausado, como con dificultad, los gritos de los demás contribuirá a tu pánico y de miedo esa noche no dormirás; ¿ ya asustó a uno, ahora quién sigue? Huyan señores porque llegó ....”La Muerte”.
Los Diablos: Si ves que chicos y grandes dejan sus quehaceres y se asoman prestos a sus puertas y ventanas, atraídos por un alegre y contagioso ritmo de toque de flauta y de tambor ( un flautista, un niño y su tambor, a veces dos cada uno) es que ya llegaron los más chistosos de la fiesta. Constan de un “Capataz”, “La Diabla” y una compañía de Diablos no menor de 10 elementos. Los diablos visten con botas de color negro, camisa y pantalón rojos, esconden sus rostros detrás de máscaras rojas con trazos de color negro, portan largos látigos de verdad, con los cuales los arrieros arrían las reces u otros animales, estos látigos llaman la curiosidad de los espectadores pero muy pronto su respeto, los diablos no los usan salvo “necesariamente”, cuando para mantener el orden entonces despliegan los enormes látigos y estrellándolos contra el suelo revientan sonidos como trueno y hasta parecen destellar, los que desordenan mejor lo piensan y el orden recobra su lugar, pasó el susto señores, los diablos entre tanto son galantes y recitan versos en doble sentido lo cual sube el rubor de las autoridades y políticos por su contenido burlón y de rato en rato solo quieren bailar; quien sí es de temer y de armas tomar incluso contra su propio pelotón es el Capataz, viste y calza como los diablos, pero tiene el látigo más temido por que este si está autorizado para “castigar” a cualquiera del público que se portara mal, es el más alto y fornido lo distingue su poncho nuevo color ocre de lana el cual va tirado por sobre el hombro de derecha a izquierda, sombrero de paño y máscara negra con facciones serias y mientras sus diablos bailan él vela por el orden, vigilando a los suyos y al público que los provoca a manera de jugar, entonces el Capataz que no baila si no “marcha”, levantando las rodillas, contoneándose cual pavo real esgrime su tenebroso látigo y “dibujando” un espiral en el aire a este hace silbar para luego golpear contra el suelo y mil piedras de una echó a volar, cuidado espectadores que de los suyos nadie se va a burlar porque para eso está “El Capataz”.
Quien se roba la fiesta no son los diablos, y ni siquiera “El Capataz”, sí señores quizás el personaje más esperado por el pueblo siempre sea “La Diabla”; Aquel que la interprete debe ser veloz, intrépido y valiente, incansable y voraz, pero sobre todo de mucho corazón. La diabla calza zapatillas y para sus naturales efectos no importa el color, si será necesario que estén como nuevas y bien atadas por si tener que perseguir o huir conforme a la ocasión, viste polleras de tela no muy vistosa pero sí ligeras de peso, sobre su polo de algodón porta su chompa de mujer, atado a la cabeza (para que no se caiga) lleva un sombrero de dama del cual caen hacia la espalda dos gruesas trenzas y hacia delante un tul blanco que protege la identidad del interprete del odiado personaje, La diabla, es incorregible, es insoportable, poco recomendable, es....de lo peor porque nadie la puede controlar, diríase que solo el cansancio logra calmarla, mas pensando a su favor, mirándola bien este personaje podría considerarse “El Guardián del Universo, una Especie en Extinción”. La diabla, no marcha, no baila, “pasea a su hijo” el cual en la figura de un muñeco carga sobre su espalda atado a su rebozo y porta en sus manos un largo palo que en un extremo lleva prendidos y bien seguros unas largas y temidas espinas de un arbusto llamado “Calvario”(en alusión a la corona de espinas que provoca el suplicio de Jesús) que solo crece a las faldas del famoso cerro “El Brujo”, con ella “la diabla” se convierte en el personaje más temido y odiado del pueblo durante el tiempo que dure su participación en la fiesta y en el caso de los “agraviados” el ser maldecido para siempre.
La Diabla no asusta, no baila, no necesita bailar, la diabla te elige. te persigue, te acosa, te ataca, te hinca con sus espinas y te martiriza hasta hacerte llorar, si tienes suerte una pandilla de valientes vendrá en tu ayuda y te rescatará, entonces perseguirán a la diabla armados unos con palos, otros con piedras hasta doblegarla y obligarla a huir, quien sabe logren acorralarla y hasta le tiendan una trampa y la tengan a su merced mas justo en ese momento aparecerá alto fuerte e imponente , haciendo remolinos en el aire el enorme látigo que equipara las fuerzas e impone el orden y rescata a la diabla y la diabla vuelve entre tanto al redil.
Cuentan que hace muchos años (exactamente 1,970) un estudiante, última promoción de primaria interpretó a “La Diabla”, era él un huésped de Conchucos, puesto que solo estaba allí para realizar sus estudios Primarios, este alumno era muy aplicado en sus tareas, siempre lograba el primer puesto en todas las materias a pesar de no tener medios, tenía suerte con sus novias y gozaba del cariño del pueblo porque era alegre a pesar de andar triste, porque tenía de todo a pesar de no tener nada y como los mayores le querían los chicos le admiraban y no faltaban quienes al verlo cabalgar parando en dos patas al caballo blanco para enamorar a las guapas, de celos reventaban, bueno pues este solitario joven (su madre trabajaba en la ciudad de Lima, ¿su papá?... dónde andaría) decidió despedirse en el más guardado secreto bailando y saltando “castigando” con sus espinas a sus enemigos y a los enemigos de sus amigos que en esos años los trataron mal, cuentan que corriendo era incansable, que saltando era espectacular ya sea cuando atacaba o cuando se defendía nadie la podía tocar, que parecía que hasta lloraba, nadie sabía porqué . Al pasar los años, ya un hombre hecho en la capital llegaron a sus oídos que en todas las fiestas con presentación de los diablos siempre se añoraba a la diabla que danzó el año de 1,970, con que alegría, con que temperamento, con que voluntad, con que osadía y suerte para escapar; Dicen los viajeros que hasta hoy los más viejos se preguntan quién interpretó a aquella diabla, porqué ya no hay diablas así? . Visite Conchucos, en temporada de fiesta, quién sabe tenga Ud. la suerte de ver aquella diabla que regresó a su pueblo para asustarlo de nuevo y deleitarlo otra vez.
La Carrera de Cintas: Este acto dura aproximadamente una hora, sin embargo la preparación de las “cintas” (finos bordados que las solteras elaboran con infinita destreza) demanda casi todo un año de abnegada y secreta labor , ya que es tradición que la identidad de las que obsequian las cintas debe revelarse al final de la carrera cuando se premia a los ganadores en la noche de gala y se ve gratificado cuando los guapos que las ganaron eligen a estas como las parejas para el baile y quien sabe algo más.
Las cintas en mención generalmente son de tafetán, aproximadamente miden 5 cm. de ancho por 1 m de largo, de vistosos colores, finos bordados con lentejuelas multicolores y al extremo una argolla de 4 cm. de diámetro por donde el concursante insertará un palillo (forma de lápiz) para arrancar la cinta que cuelga de lo alto a 3 m. aproximados del suelo. Todas las cintas (diez más o menos) son colgadas frente al pelotón de concursantes (Solteros codiciados y uno que otro notable o invitado) guardando una distancia de medio metro entre una y otra, mientras que los jinetes y corceles esperan impacientes la señal a unos 30 m. de distancia.
El concursante deberá luchar por llegar primero a la cinta y arrancarla al galope, si la autoridad designada advirtiera que el jinete arrancó la cinta con la mano y no con el palillo, descalificará al concursante, devolviendo la cinta a su lugar, los jinetes vuelven al intento, hasta que no quede cinta por arrancar.
Se declara ganador al jinete que más cintas porte en su cuello y prácticamente en ese momento se convierte en el héroe de las solteras y soltero más codiciado de la ciudad, el baile continúa y la noche ya tiene rey, algunos disconformes evocarán las hazañas del campeón pasado. Mucho cuidado, el rey quiere su reina, el comisario alista su celda y quién sabe hasta halla pelea. Esta fiesta promete estar buena.
La Misa Solemne : En este pueblo como en cualquier otro, las clases sociales también se dejan notar hasta en sus “Fiestas Religiosas”; Colectivamente los habitantes del centro del pueblo se distinguían de los del barrio a los que llamaban “Los del Barrio” o a los que habitaban del otro lado del río como los de “La Banda” claro casi siempre acompañado de un tono despectivo; Pero los chicos no entienden en serio de estas cosas y muchas veces suelen ser más hirientes que los mayores en lo peyorativo. Al ingresar al templo se deja notar el culto a la vanidad de parte de cada uno de los llamados “habitantes del centro” , pero ¡OH ¡ sorpresa los del Barrio no se quedan atrás, tampoco los de la Banda, y ni que hablar de los recién llegados, tampoco el Sr. cura y su séquito de Acólitos, ni Las Veladoras ni Los Guapos, ni Las Guapas y para colmo ni el mismo Cristo quién muy a su pesar luce un delantal lujosamente bordado con hilos de oro y plata e incrustaciones de piedras preciosas donadas interesadamente, mas la Misa Solemne debe continuar, con El Rezo (más espectacular que las Novenas), Los Cánticos, el fuerte olor del azufre quemado de las Velas y Velones encendidos, ¡AH¡ Los Velones generalmente son portados por los niños o quién sea, quines encopetados se pavonean uno más que el otro, según el tamaño del velón que ande portar, y claro su lugar siempre es adelante, como para que el Cristo vea el tamaño de su ofrenda y les pueda retribuir conforme a ese tamaño.
La Misa Solemne, tal como comienza termina…llena de nada, a no ser por los auténticos fieles que generalmente “bajan” de los caseríos vecinos, quienes con sus trajes raídos, mal abrigados, con la piel curtida, el sombrero viejo en una mano a la altura del pecho, con los pies juntos, la mirada triste y el rostro taciturno, acompañan la agonía del Cristo que solo a ellos parece importar. La verdad los únicos a quienes no parece interesar cuanto dure la Misa es a ellos, los demás hace rato que están aburridos y la fiesta deben continuar. Así es la Misa Solemne.. como en todo lugar.
Porta un delantal tejido con finas fibras y bordados de hilo de plata y de oro. Son obsequios que la hermandad prepara la ocasión y que año tras año compiten en belleza por la calidad de sus bordados, estos obsequios son encargados a las artesanas bordadoras especialistas en este tipo de trabajo y su costo relativamente alto, nunca es pretexto para que el devoto alcance el altísimo honor de saber que el delantal (llamado originalmente "Sudario")que este año muestra “El Señor” es fruto de su desprendimiento y honrado esfuerzo.
El Comité de Cargadores llamados "Los Varones" es responsable de preparar la presentación, para ello se visten de blanco, cubren sus cabezas con pañuelos también blancos y no portan calzados, previamente se han confesado y lucen taciturnos en señal de respeto y de pureza espiritual, con dedicación y sumo cuidado limpian el torso del “Señor” y verifican el buen funcionamiento de sus extremidades articuladas.
Durante este preparativo, sólo ellos están permitidos a tocarlo y a verlo, cargar la nave conocida como "el Anda"y todo ello se realiza dentro de la iglesia mientras afuera todos siguen con expectativa los comentarios y creencias (cada año el “Señor” elige al cargador que se ha de llevar), entre tantas otras historias relativas al “Señor”.


Texto agregado el 06-05-2007, y leído por 130 visitantes. (0 votos)


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