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LA COLA DE LA MUERTE


Señoras y señores les habla Marta Mun, hoy viernes 30 de octubre del 2050 nuestro programa “En la brecha” tratará sobre un asunto de máximo interés. Sí, lo han adivinado ustedes, les hablaremos sobre la cola de la muerte. Nuestro enviado especial Zorton Ave será quien nos cuente la noticia en directo. Se encuentra en la avenida Fénix, como ustedes saben, una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad. Manténganse a la espera pronto dará comienzo nuestro programa de Visiontotal, no se muevan de sus asientos, el asunto promete ser interesantísimo, pronto estaremos con ustedes.
Después de unos comerciales…

-Buenas tardes señoras y señores, les habla Zorton Ave desde la avenida Fenix, como ustedes pueden ver, me encuentro al lado de una enorme cola que da la vuelta a la manzana y a la que no para de llegar más y más gente. Voy a ir hasta la cabeza de la cola para entrevistar a quien esté el primero, mientras devuelvo la conexión a “En la brecha” les dejo con Marta Mun.
-Señoras y señores, de nuevo con ustedes. Hoy empezaremos el programa intentando explicar el por qué de esa gran cola. A las cuatro de la tarde la administración abre las puertas a una nueva iniciativa que va dirigida a las personas mayores de setenta años. Sí, el gobierno quiere ayudar a las personas que sobrepasan esa edad y que quieran morir, a hacerlo sin dolor. ¿Cómo lo harán? Esa es la pregunta que les queremos desvelar además de intentar saber el por qué esta medida gubernamental ha atraído a tanta gente.
Me pide paso mi compañero Zorton, les dejo con él.
-Gracias Marta, me encuentro al lado de la persona que está el primero de la fila.
Soy Zorton Ave, del programa “En la brecha”, sería tan amable de contestarnos unas cuantas preguntas.- Dijo el corresponsal.
-Sí, le contestaré, ya se quien es usted, todo el mundo le conoce.
-Gracias, es usted muy amable, ¿Me puede decir su nombre y edad?
-Por supuesto, mi nombre es Carlos Bustillo, y tengo setenta años recién cumplidos.
-Gracias y ¿le importaría decirme que espera encontrar una vez se abran esas puertas de acero inoxidable?
-VERÁ, espero encontrar lo prometido en el e-mail que me enviaron a casa, comprensión, amabilidad, sentido común, en resumen un trato como los de antes.
-¿Cómo los de antes ha dicho?
-Sí, señor Zorton Ave, como los de antes.
-Puede llamarme solo Zorton.
-Gracias.
-Y ¿Sería usted tan amable de decirnos por qué quiere morir?
-Puede, llamarme Carlos.
-Gracias Carlos ¿Eres tan amable de contestar mi pregunta?
-Sí, Zorton. Recuerdo que cuando trabajaba pensaba en que tenía muchas ganas de no hacerlo, quería llegar cuanto antes a la jubilación para poder disfrutar de la vida, pero ahora…
-¿Ahora qué?
-Ahora todo es diferente, allí dónde miras hay desgracias, avaricias, egoísmo. Los jóvenes quieren poseer las cosas antes de haberlas merecido, les da igual cómo y si para ello han de pisar al de al lado, pues lo hacen y se quedan tan frescos.
-Es duro, Carlos, lo que nos esta diciendo.
-Sólo le digo la verdad, y hay más.
-¿Aún hay más?
-Sí Zorton ¿Por qué crees que la cola es tan larga? ¿Por lo que te he dicho? Nooo, esa sólo es otra gota que hace que en el vaso haya más líquido. La razón fundamental es la falta de amor y respeto que los hijos y los nietos tienen a sus mayores. Nos quieren apartar como si fuésemos máquinas estropeadas a las que les sale mejor sustituirlas o dejarlas de lado antes que perder su valiosísimo tiempo en ellos.
-Y ¿De quien cree que es la culpa, Carlos?
-¿Qué de quien creo que es la culpa? Te lo voy a decir, Zorton, la culpa la tiene la propia educación que los padres dan a sus hijos, pero es que estos a su vez tampoco tienen la culpa sino de la sociedad. Desde niños se les hace competir con el vecino en vez de fomentar el compañerismo. Competir por ver quién saca la mejor nota, competir por ver quién corre más. Indirectamente lo que se está haciendo es enemistarlo con los demás. Que más le da a la civilización si uno tiene mejores facultades para sacar mejores notas en una materia o es más lento a la hora de correr. ¿Qué queremos conseguir creando tanta competitividad?
Eso quizá estaba bien en la época de Julio César, pero ahora…
-No entiendes, Carlos, que de la forma que dices tardaríamos mucho más en conseguir las cosas.
-Paparruchas Zorton, lo que vamos a conseguir es que el mundo se termine en dos días. De la otra forma viviríamos y aprovecharíamos más la vida, andaríamos por ella…Ahora lo que hacen es correr, y ya se sabe, quien mucho corre, se pierde el bello paisaje…
-Es muy fuerte lo que nos estás diciendo, Carlos, es muy duro.
-¿Más que ver como la cola de la muerte voluntaria crece minuto a minuto?
-Carlos, siento interrumpirle pero mi compañera Marta Mun me pide paso desde el programa.
-Haz lo que debas, hijo, haz lo que tengas que hacer.
-Muchas gracias, Carlos por su participación en el programa de máxima audiencia Visiontotal. Desde la avenida Fénix paso la conexión a “En la brecha”
-Gracias a ti, Zorton.

-Tenemos con nosotros a uno de los mayores impulsores de “Te ayudamos a morir”, con ustedes el señor Talvez. Buenas tardes señor Talvez, nos gustaría que nos explicase en que consiste esta nueva ayuda que el gobierno facilita a este amplio grupo de personas.
-Ante todo buenas tardes Marta Mun y a todos los visiontotalespectadores. Efectivamente me encuentro aquí para informales sobre “Te ayudamos a morir” Como muy bien ha dicho nuestro amigo Carlos, a todas las personas mayores de setenta años se les facilitó vía e-mail un folleto explicándoles que requisitos deberían tener las personas que se quisiesen acoger a dicha ayuda.
-¿Nos podría decir algún requisito más?– Preguntó Marta.
-Por supuesto.- Dijo el señor Talvez. Los papeles deben de tenerlos en regla y poseer créditos.
-¿Créditos? ¿De cuantos estamos hablando?
-Bien eso depende del solicitante.
-¿Se quiere explicar? Señor Talvez.
-Sí, claro, verá “Te ayudamos a morir” también tiene sus gastos.
-Creo, señor Talvez que a la audiencia de nuestro programa le gustaría saber más.-Dijo Marta Mun.
-Sí, sí, no es lo mismo que el solicitante pida morir y ya está a que pida morir con más lujos.
-Entonces ¿estaríamos hablando de varios tipos de muerte?
Sí, efectivamente. La muerte básica, y de ahí en adelante.
-¿La muerte básica? ¿Nos podría decir en que consiste?
-Bien, al solicitante que desea la muerte básica se le lleva a una tranquila habitación y en ella se le da un vaso con la bebida que desee. Dicha bebida habrá sido mezclada con un líquido que le matará sin dolor alguno.
-¿Nos podría poner algún ejemplo de una muerte más sofisticada? – Solicitó Marta.
-Sí, tenemos la opción en la que la persona que quiera morir pueda hacerlo después de saborear su comida favorita, o morir escuchando la música que quiera…
-Bien, me comunican desde la central que se ha puesto en contacto con nosotros un visiontotalespectador al que le gustaría saber que harán si la persona que solicita sus servicios tiene posesiones.
-En ese caso, y después de haber pagado los honorarios de su muerte, puede dejar sus posesiones a quien quiera, tanto a la administración, cómo a “Te ayudamos a morir” como a algún amigo, familiar…
-Y ¿Quién se hace cargo del papeleo y de su coste?
-El solicitante, por supuesto.
-¿Y si alguien quiere morir y no tiene suficiente crédito para que “Te ayudamos a morir” le ayude a morir”?
-En ese caso no podríamos hacer nada por él ya que como le he dicho, nuestros servicios tienen sus gastos.
-Entonces por su respuesta podemos deducir que no entra en el seguro obligatorio que pagamos todos cada mes.
-Efectivamente, no olvide que estamos hablando de muertes voluntarias. Hasta ahora “Te ayudamos a morir” no ha existido y no ha pasado nada.
-Salvo que ahora existe y hay un gran número de personas solicitando la muerte.
-No sé que decirle al respecto.
-Señor Talvez sólo me queda darle las gracias por sus explicaciones.
-Gracias a ustedes por haber solicitado mi presencia en su gran programa.-
-De nuevo vamos a pasar la conexión a mi compañero Zorton Ave que como saben se encuentra en la avenida Fénix, al lado de lo que la gente de la calle ha empezado a llamar: La cola de la muerte. ¿Zorton?
-Aquí estoy Marta, me ha dado por caminar desde la cabeza de la cola hasta DONDE ESTA termina, pero aún no he llegado al final. Según creo a simple vista, aquí hay miles y miles de personas. ¡Por fin ya he llegado! Antes de despedirme por hoy del programa me gustaría hacerle una pregunta a la persona que hace un momento era la última de la fila. Digo hace un momento pues ahora ya tiene detrás suyo a una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, personas si he contado bien y siguen llegando.
-¿Síi? Adelante Zorton con esa última pregunta, me están avisando de control que estamos rebasando nuestra franja horaria-. Dijo Marta desde el programa.
-De acuerdo, de acuerdo intentaré ser breve.
-Señora ¿Nos podría decir, si es tan amable, por que si quiere la muerte, no se mata usted misma? Le habla Zorton Ave…
-Sí, sí, desde el programa “En la brecha” ya. Pues muy sencillo Zorton, porque una cosa es querer la muerte y otra diferente es matarte.
-Pero ¿Si usted está yendo a que la maten?
-Precisamente, no es lo mismo que me maten, que matarme yo. ¿Cómo lo haría? ¿Con un arma? ¿Y esperar a que me encontrasen en un charco de sangre? ¿Con una cuerda? Y estar bailando el baile de la muerte hasta quien sabe cuando. No, estas cosas si se hacen, mejor hacerlas bien.
-Muchas gracias, señora ¿Su nombre? ¿Josefina? Otra vez gracias señora. Y eso ha sido todo desde la cola de la muerte, se despide Zorton Ave.
-Gracias Zorton. Hasta aquí ha llegado nuestro programa de “En la brecha” no se olviden de visiontotalizarnos el próximo viernes, ha sido un placer estar con ustedes.

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Quiero dar las gracias por el pulido del texto a:
CLARALUZ

Texto agregado el 28-05-2007, y leído por 99 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
28-05-2007 Espero que no les des ideas sobre eutanasia activa... Me gustó, y es cierto que no andamos tan lejos. sereira
28-05-2007 Este cuento me ha dado en que pensar, no creo que tengamos que esperar tantos años para algo así, creo que está más cerca de la realidad que del cuento, es triste pero así es la sociedad, luego de cierta edad las personas dejan de ser útiles, demaciado cruel, pero tan cierto que entristece solo de pensarlo. Me pareció excelente tu cuento y como te dije...muy real.***** omenia
 
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