¿Qué me hiciste? ¿Por qué no he podido dejar de pensarte? ¿Acaso has llegado a mi vida para confirmarme que soy una tonta idealista en el amor? Vienes a comprobarme que los príncipes azules no existen, que los hombres perfectos sólo son una utopía de mujeres noveleras como yo, y ahora qué, tengo que resignarme a amar bajo los parámetros de la realidad, aceptar que la magia es exclusividad de los cuentos de hadas… Con tu llegada a mi vida, evidencié lo frágil que soy en el campo del amor, por más que lo intento, no logro convencerme de que conocerte no tiene ningún significado especial… Qué de raro tiene que desde el día que te conocí habitas en mi mente, le hablo a todo el mundo de ti, espero tu llamada, imagino nuestro próximo encuentro… los días pasan y no hay señales tuyas… Hoy te busqué y no te encontré, sencillamente porque nunca has estado.