Yo, que nunca se como empezar, 
tan solo quiero estar a tu lado 
siglos, eras, y que no tenga final. 
  
Tu, sonries y escondes tus ojos, 
y a mi... a mi los escalofríos 
hoy me calan hasta las entrañas, 
como relampagos de hielo ardientes. 
  
Y ya no se si lo sospechas, 
ni nada de lo que piensas, 
tan solo puedo saber una cosa: 
Te quiero. 
  
Y ahí estás, a medio metro, 
callada y yo sin habla, 
a dos centimentros del alma, 
la mirada perdida, robada, 
sumergida en dos pozos claros. 
  
Y volvemos a ser los de siempre, 
los de una hora de palabras, 
como si no hubiera nada que te ocultara, 
mientras mis piernas tiemblan bajo la mesa. 
  
Y ya no se si lo sospechas, 
ni nada de lo que piensas, 
tan solo puedo saber una cosa: 
Te quiero. 
  
Yo, que nunca se como empezar, 
tu, que no sabes todavía si terminar 
y cerrar las heridas de un pasado 
que ya no volverá.  |