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Las hermanas magdalenas

Esta es la historia de 3 mujeres víctimas de la ignorancia de la iglesia. Los conventos de la Magdalena eran instituciones que tenían especial poder en Irlanda. Fueron creados a mediados del siglo XIX para limpiar los pecados de mujeres de mala vida. Por eso los religiosos de esos conventos tenían un voto extra, además de los tres que normalmente tienen curas y monjas. Este voto era el de buscar la salvación de las almas lastimadas por el pecado. Como veremos, para lograr este objetivo se utilizaron todo tipo de medios.
La película comienza en 1964. Margaret y su primo Kevin se encuentran en un matrimonio de la familia. Este la lleva a un cuarto cercano con el pretexto de contarle un secreto. Cuando entran a la habitación, Kevin cierra la puerta e intenta besar a Margaret. Ella se rehúsa e intenta huir, pero no lo logra. Su primo la golpea y aprovechando que está en el piso la viola.
Bernadette es una chica que vive en el orfanato de Sta. Attracta. Todas las tardes un grupo de hombres se acercaban al patio del orfanato para coquetear a las mujeres, y Bernadette era la preferida por ellos.
Rose acaba de dar a luz a un hijo concebido fuera del matrimonio. Se encuentra en un hospital y sus padres se niegan a ver a su bebé y a hablar con ella porque consideran una afrenta al honor de la familia lo que su hija hizo. Con la ayuda de un cura de la ciudad mandan al bebé a un orfanato, obviamente en contra de la voluntad de Rose.
Según las concepciones de la época; ser violada, ser atractiva o quedar embarazada antes del matrimonio, eran pecados mortales para cualquier mujer. Aunque suene increíble estas fueron las razones por las que estas 3 mujeres fueron enviadas al convento de la Magdalena.
Recién llegadas tuvieron una audiencia con la monja rectora del convento, la hermana Bridget. Esta les explicó las reglas y les leyó el lema principal del lugar: “A través del poder de la plegaria, la pureza y el trabajo duro las perdidas pueden encontrar su camino a Jesucristo, nuestro señor y salvador.”. Cabe recalcar que este “favor” que las hermanas de la Magdalena brindaban a las mujeres que ingresaban ahí no era gratuito, ya que la hermana Bridget no paró de contar los fajos de billetes que había recibido de los padres de las víctimas. ¿Dónde quedó el voto de pobreza?
Al día siguiente los trabajos comenzaron. El lugar principal era la lavandería, ya que las internas tenían que lavar la ropa de todas las monjas y curas que vivían ahí. Esto se hacía bajo la estricta vigilancia de una monja encargada. Todo el convento tenía un régimen militar, ya que hasta era prohibido hablar en horas de trabajo, o sea todo el día. En los almuerzos las diferencias se notaban aún más, ya que las monjas comían verdaderos festines mientras las otras pequeñas porciones.
Bajo estas condiciones no podía pasar mucho tiempo hasta que alguien intente fugarse. La primera que lo intentó fracasó, y fue traída a correazos por su propio padre sin que las monjas hicieran nada por detener el abuso. Como castigo la hermana Bridget le cortó todo el pelo de la cabeza.
Un día en la lavandería Rose conoce a Crispina, que se encontraba ahí por la misma razón. Ella no conocía a su hijo, ya que fueron separados apenas nació. Lo único que los une es un collar que ambos llevan, ya que Crispina ni siquiera sabe el nombre de su hijo.
Bernadette era la más joven de todas y por tanto la más irreverente. Cansada de la disciplina militar pretendió quejarse ante la hermana Bridget, pero lo único que recibió fueron azotes por parte de la monja. Su desesperación era tal, que accedió a subirse la falda frente a Brendan, el joven que llevaba la comida al convento, a cambio de que esa noche le abra la puerta y ella pueda escapar. Todo salió bien en el plan excepto el último detalle, ya que Brendan no se atrevió a abrir la puerta para que no lo inculpen a él. Obviamente atraparon a Bernadette y como castigo la raparon. Desde esa noche las seguridades y el trabajo en el convento se aumentaron.
Con la llegada de la tecnología la vida de las internas estuvo lejos de mejorar. Se compraron lavadoras, por tanto el trabajo de lavar la ropa se redujo. Pero este tiempo que sobraba fue utilizado en practicar deporte. Suena bien, pero había un detalle. Las monjas encargadas de entrenar a las internas las hacían desnudar y se burlaban de su físico haciendo concursos denigrantes como quién tenía la espalda más ancha, quién los senos más grandes, etc.
Las dificultades en el interior del convento no disminuían, y Crispina era la más afectada. Se intentó suicidar dos veces y lloraba cada vez que veía a su hijo a través de una reja y a 20m de distancia ya que las monjas no le dejaban acercarse a él.
Un día, camino a misa, Margaret se agachó a amarrarse los zapatos. Por la ventana de la oficina del cura Fitzroy vio algo que la asombró. Vio al encargado del convento abusando sexualmente de Crispina. A acto seguido, sin ninguna vergüenza, el mismo Fitzroy dio misa a todas las internas, y entre ellas a Crispina. Al salir de la iglesia Margaret le advirtió a Crispina que se cuidara de Fitzroy, ya que él no era un hombre de Dios. Para vengarse, Margaret pone un polvo en la ropa del cura, para que le cause comezón y ronchas en el desfile al pueblo que se iba a realizar el día siguiente. Cumpliendo la tradición todo el convento desfiló por el pueblo y al final se ofició una misa en las afueras. El polvo en la ropa de Fitzroy hizo efecto, y lo enloqueció de tal manera que empezó a correr por el campo desnudándose por el ardor que tenía. Mientras esto pasaba Crispina empezó a sentir en su entrepierna la misma picazón y ardor que el cura sufría. Al ver esto Margaret entendió que su amiga era abusada sexualmente a menudo. Lo que empezó como una broma terminó con una Crispina enfurecida gritando “¡Usted no es un hombre de Dios!”. A los pocos días Crispina fue llevada a un hospital psiquiátrico para evitar que cuente sus experiencias.
Un día cerca de Navidad, el hermano de Margaret llegó con una carta autorizando a su hermana a salir libre. En el camino de salida se encontró con la hermana Bridget, y vengándose de todos esos años de esclavitud se negó a darle el paso. El orgullo de la monja era tal que tampoco le dejó pasar. Finalmente fue Margaret quien ganó y salió de esa cárcel con la frente en alto.
Después de un año de que Crispina fue llevada al manicomio, llegó su hermana con su sobrino. A ellos no les habían avisado lo del traslado, por lo que Rose trato de decírselos, pero una monja le vio y le llevó a la dirección. La hermana Bridget estaba furiosa porque había perdido la llave de la caja fuerte y por tanto no tenía acceso a su tan querido dinero. Se descargó en Rose y le propinó una golpiza tan grande que fue la gota que derramó el vaso y que la hizo planear su fuga. Antes de ser brutalmente golpeada, Rose alcanzó a ver la llave que tanto buscaba la hermana pero se guardó el secreto por si le pudiera ser de utilidad. Se juntó con Bernadette y decidieron huir a cualquier precio. Tumbaron la puerta de la habitación y bajaron corriendo hasta el cuarto donde estaba la llave de la puerta principal. Cuando la encontraron entró la hermana Bridget, que agarró a Bernadette por la mano para evitar que se lleve la llave. Ninguna de las dos cedía y Bernadette llegó hasta a amenazar a Bridget con una tijera. Para acabar con esa disputa Rose sacó la llave de la caja fuerte y se la mostró a la monja. Esta instantáneamente soltó el brazo de Bernadette y las dejó huir, demostrando una vez más que el dinero es lo que cuenta para ella. Salieron del convento y corrieron por el campo hasta llegar al pueblo. Bernadette tenía una prima que les dio dinero y ropa.
Bernadette se mudó a Escocia y abrió una peluquería. Todavía vive ahí. Rose encontró a su hijo en 1996, 33 años después de nacido. Murió en 1998. Margaret vive actualmente en Irlanda. Crispina murió de anorexia en el hospital psiquiátrico. Se calcula que 30 000 mujeres estuvieron internadas en estos conventos. El último cerró en 1996.

Esta película es una muestra más de que la iglesia no siempre cumple lo que predica. Mientras por un lado predican castidad, por el otro enfrentan demandas millonarias por abusos sexuales.
Hablan de pobreza y visten ropas en extremo lujosas. Así ha sido toda la historia y aquí lo podemos ver. La iglesia se ha aprovechado de la gente y ha ganado tanta influencia que como vimos en la película son las mismas familias de las mujeres las que las mandaban ahí. Tienen una visión totalmente machista, ya que todas las monjas e internas estaban por debajo de un solo cura que abusaba de ellas cuando quería. Las dueñas del convento tenían una micro sociedad totalmente jerarquizada en la que las relaciones entre las personas eran casi de amo a esclavo y no había ninguna libertad individual. Resulta increíble que recién en 1996 el último de estos centros en Irlanda se haya cerrado. Este tema es casi desconocido en el mundo actual, lo que garantiza que la gente encargada de perpetrar estos crímenes permanezca impune. A pesar de que la película fue muy criticada por el Vaticano, creo que debería ser vista por todos, y especialmente los católicos, para que se conozca esta faceta oscura de la institución más poderosa de la historia.

Texto agregado el 12-06-2007, y leído por 2709 visitantes. (0 votos)


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