De tiempos


Antes de hablar de mi, quiero mostrarte mis juicios, las eternidades a las que te he condenado. Con todas mis miopías, he juzgado finalmente tu despecho, para entender que, de todas maneras, no te entiendo.
Como entre marejadas de preguntas, te he encontrado sonriendo a mis espaldas y te he creído un imbécil, y como después de creerte imbécil he pensado en asesinar tu idea, y permitirte el lujo de hundirte en mi olvido (solo para resucitarte otra vez, después de un rato de ocio).
Te he puesto mas de mil nombres, y entre esos mil nombres de mi ingenio te he llamado. Te he llamado y lo mas triste... me has respondido.
Presento ante ti hoy mis respetos y te propongo... ven, ven y te redimo, acércate a mi, a mi herida de años, y a mis llantos de anciano, acércate a la fosa, ven y observa, tiéntate con los sutiles vapores de miles de demonios esperando tu carne para devorarla.
Temes? Osas? Te propongo, deja atrás tus mediocridades y húndete en la promiscuidad de colores que te ofrecen mis pupilas, zambúllete en los miles de sabores de mi garganta, siente la arena de tus dedos deslizarse al mar de mi espalda, y ven.
Huyes? Te acercas? Mientras la cara de tiempos mastica segundos, dubitas, meditas, me lames los pies con la mirada, te achicas, te disuelves... me hincho, me lleno de furias de tiempos y te digo -Ya, vete-.
Asesino tu idea, te dejo hundirte en mi olvido, para resucitarte.. otra vez, después de un rato de ocio.