Soy el que soñaba sin dormir,
El que esperaba sin dudar,
El que aprendía sin que le enseñen,
El que podía Ser luego de estar,


Prudente como la lechuza y noble como el águila,
Bravo como el león y sabio como solo yo puedo serlo,
Único entre los que se dicen iguales, conozco sin saber,
Y sin dudar, supero lo que los otros llaman reto,


La existencia le he visto viciada por el hombre,
La razón no fue más que un doble filo traicionero,
El arma más peligrosa blandida por manos incapaces,
Resultado de su uso, son las desgracias que hoy padecemos,


Comen todos sin hambre y matan sin saber por qué,
Hablan todos sin decir nada porque lo repiten sin saber,
Juntan y acumulan lo que suyo no es,
Existen por lo que tienen cuando deberían vivir por lo que son,


He sido fiel a mi mismo, al primero que creí traicionar,
Y aunque el cambio de las mareas no me encontró desprevenido,
Mis muñecas sangraron por cadenas férreas que no me sometieron,
Porque sigo el camino medio, cuando otros frenan a medio camino


No me hables de victoria entonces, si no has aprendido de la derrota
No digas que eres mejor por tus bolsillos llenos o tus oros pesados,
No te ufanes de haber llegado primero, si no sabías a dónde ibas
No te jactes de tu noble sangre azul cuando tu corazón es negro


No son uno el temerario y el valiente
No reconoce quien solo razona,
Ver no es mirar,
Tampoco oír es escuchar,


Héroes nacidos del esfuerzo son enterrados por la duda,
Sabios de otros tiempos refutados por una juventud intrascendente,
Padres sepultando a sus hijos lloran a lo que fueron ciegos,
Hoy blande la retórica quien no conoce las respuestas,


Y los que se irguieron en su orgullo sufrieron la peor caída,
Esos que dijeron poder arremeter contra el mundo y salir airosos
Aquellos que por hechos no pudieron justificar sus palabras
Se derrumbó su castillo de sueños, y los escombros sepultaron a tantos


Un tiempo fui de esos, una voz sin sustento
El bien de vivir llenaba mis días,
hasta que el bien del dinero me llevó al último de ellos,
Pero ya no más, al fin pude elegir


Porque veo cómo los cetros y coronas trazan el derrumbe,
Y anticipándome al fin terrible voy solo entre muchos,
A sabiendas de que en mi humildad salvaré solo mi persona
Pues soy el único que ha elegido el camino de la salvación


Paso desafiante, no son muchos los capaces de encararlo
Pero yo voy más veloz cuando el viento sopla de frente
Soy cimiento de mis logros y único artífice de todos ellos
Porque aunque no soy Atlas, mi espalda ha aguantado los cielos


Hoy parezco ser el único que puede verlo,
Aunque he predicado esta verdad en los tres mundos,
El que hay más cosas que el metálico y la fama,
Incluso cuando eran solo un medio y no un fin,


Tantas son ahora las preguntas sin respuesta,
Tan pocos los placeres lozanos del inicio…
Si vemos todo eso y lo sufrimos sin remedio,
¿Por qué no hay quien consuele nuestra desesperanza?


Al menos yo no olvido que él portó una vez la luz,
No olvido que el peso de Babel fue el del orgullo,
No olvido que no fue ocultado quien se jactaba,
Auque olviden que lo que digo Es, solo porque es dicho,


Sé que el amor y el odio debaten aún en cada uno,
Y aún creo que David fue quien cayó combatiendo,
Sostengo aún que el talón no fue la debilidad,
Me duele entender aún lo que ahora entiendo,


La vida se resume en recuerdos efímeros,
Y olvidando las tristezas supe decir que vivía alegre,
Y mi recuerdo no podrá mantenerme vivo,
Aunque en lo más banal logre que se recuerde,


Con tantos otros solo busqué un final, sin reconocer mi camino,
Y la vida continuó, aunque discontinua la vimos irnos dejando,
Ver veloz el paso de los años fue solo mala memoria,
Porque no Vivo por andar mucho, sino por hacer mucho en mi poco andar,


Realidad empírica ya no es real para mí,
Y sabiendo esto, aunque seguir no vale la pena, lo hago todavía,
Existo en una única continuidad que siempre se renueva, mi desesperanza,
Simple cúmulo gigante de penas, que en vez de retroceder, avanza,


Y veo que las espadas se oxidan mientras se pulsan botones a la distancia,
Y que los valores que nos rigen pueden comprarse sin escrúpulos,
Ya ni los rayos del sol atraviesan el humo negro que cubre el cielo,
Y los bastiones que creí inexpugnables tiemblan ante un fajo de papel,


Los dioses de altares olvidados lo saben cerca,
El final que conocido, ocultaron con recelo,
Esos dioses que inventamos por necesidad,
Nos reprochan las necesidades que cambiaron,


La era de la máquina ha vencido, porque el hombre se sometió
La era de la madre tierra pereció, porque la razón le dio fin
La era de la felicidad no regresará, porque hasta su recuerdo se perdió
Y nos resta esperar la era del arrepentimiento, aunque vana sea esa espera


El juicio ya es pronto y el juez se ha proclamado justo
Sopesa el martillo que sonará una y mil veces y sin fin
Sentenciosos los ojos, ya escrutan la abundante negrura
De gentes perversas sin valores, de almas impuras sin fe


Compareceré sincero, y como todos, deberé someterme a mi seguro castigo
Cuatro galopan en el horizonte porque nuestro llamado han oído,
El de la barca surca las negras aguas pronto a recibir su dinero
Y aunque tal vez sea sin oro, es seguro que llegaremos a él a través del fuego.


Porque me limité a verlos hacer sin interferir
Hijos de una divinidad resignada a su obra
Nacidos de una imagen cósmica fueron quienes trajeron el caos
Que los verá construir y destruir sus templos hasta el fin de los tiempos