Cometas y Estrellas

Hay personas estrellas, y hay personas cometas. Los cometas pasan. Apenas son reconocidos por las fechas que pasan y vuelven. Las estrellas permanecen.
Hay mucha gente cometa. Pasan por nuestras vidas apenas por instantes; no cautivan a nadie y nadie los cautiva. Gente sin amigos, docentes sin alumnos, que pasan por la vida sin iluminar, sin calentar sin marcar presencia. Así son muchos profes que brillan apenas un instante en el patio, en nuestro escenario de la vida. Y con la misma rapidez que brillan, dejan de brillar; desaparecen, se olvidan. Así mismo son los hombres y mujeres que se enamoran fácilmente. Así son las personas que viven en una misma familia y pasan por el otro sin ser presencia, sin existir.
Lo importante es ser estrella, hacer sentir nuestra presencia, ser luz, vida. Los profes tenemos que ser estrellas. Los años pasan, pueden surgir distancias, pero en muchos corazones quedan marcas. Ser cometa no es ser docente, profe. Es ser educador por instantes, explotar sentimientos. Aprovecharse de las personas y de las situaciones.
La sociedad es el resultado de una vida cometa, nadie permanece. Nadie queda, todos pasan y nosotros también pasamos por los otros. Es necesario crear un mundo de estrellas. Verlas y sentirlas todos los días, poder contar con ellas. Todos los días ver su luz y sentir su calor. Así son los amigos, los verdaderos amigos. Estrellas en nuestra vida, se puede contar con ellos. Son refugio en los momentos de tensión, luz en los momentos de oscuridad. Paz en los momentos de debilidad, seguridad en los momentos de desanimo.
Al mirar los cometas es bueno no sentirnos como ellos, al mirarlos es bueno sentirse estrella. Dejar por sentado nuestra existencia, nuestra constante presencia. Haber vivido y construido una historia personal. Es bueno sentir que hemos sido luz para muchos y que ellos nos han iluminado a su vez. Es bueno saber que hemos sido calor para muchos corazones y que esos corazones nos arroparon cuando el frió nos castigó.
Ser estrella en este mundo pasajero, en este mundo de personas cometa, es un desafío, pero encima de todo una recompensa. Es nacer y haber vivido, y no haber existido apenas.