TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Punkadiddle / Hojas crujientes

[C:301779]

El agua de la fuente lo está dejando todo mojado. Los brolladores disparan fuerte y alto, creando bonitas gamas de colores en el aire. Sopla un viento agradable, mueve las hojas y a mí eso me gusta. Lo remueve todo y parece querer sanar a los enfermos con su presencia. Una hoja seca me toca el hombro en su camino inconsciente hacia algún lugar, probablemente, para acabar pisada por cualquier persona. Me pasa más o menos lo mismo - estoy seco y crujo al ser tocado.

Estoy sentado con las piernas colgando del pequeño muro que separa el estanque del mundo exterior. Un pez da vueltas buscando una salida. No la busques, porque aunque la encontraras, no sería bueno para ti. Qué pez más feo... no hay ningún otro? Te han abandonado? O no quieren estar contigo? La verdad, no me extraña...

En esta posición, justo en esta, ni un poco más aquí ni un poco más allá, me siento muy bien. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Es una sensación inexplicable, mística. Noto mis mofletes ser forzados por una sonrisa que crece. Estoy tan relajado... Aprieto mis brazos al cuerpo y las piernas contra ellas mismas; ahora sí que me amoldo perfectamente en el vacío en que hasta hace unos minutos ocupabas, sentada, como yo, sola, como yo.

Estás caminando a lo lejos; no te vayas, ahora pienso como tú.

Atraviesas el mundo con fuerza. Un cuchillo que lo atraviesa todo, incluido todo valiente que se interpone en tu camino. Yo no me atrevo a interponerme. Cómo te llamas? Me gustaría tanto hablar contigo... Puedo verte brillar y cortar, brillar y cortar. Mis pasos siguen tu estela a través de los callejones y del gentío, que ahora, invisible, está compuesto por simples objetos de decoración que se apartan a tu paso. Te chocas con una mujer. La acabas de tirar. No te agaches, no hemos de perder ni un segundo. No le pidas disculpas. No la mires. Mal hecho. Déjala atrás, rápido. No gires la cabeza. Bueno sí, gírala, un momento... que te pueda ver.

Estoy escribiendo una función de teatro para tí. Eres la protagonista, vistes bonitos vestidos y hablas con esa soberbia que tanto te caracteriza en la vida diaria. Sé que te gustará, no la rechazarás. Yo también me he preparado un papelito para mí... nada formidable, tu eres la luz y yo, tu sombra... El personaje que representarás lo he hecho a medida para tí! ¡Con esa altivez, con ese egocentrismo! ¡Mírate, eres tú! Cómo me gusta...!

Así que me has visto y pasas de largo de tu casa... dónde me llevas?

A penas te tengo ya a unos cuantos metros... no tengas prisa, yo no la tengo. Cada segundo ahora discurre muy lentamente, y lo disfruto infinitamente. No me provocas ansiedad, tranquila. Sé degustar el momento. Me siento afortunado. Tantos días de sufrimiento, tantas horas de insufrible indiferencia. El tiempo pasa poco a poco y creo que me está devolviendo con buen saber perder todo lo que me ha quitado.

Espera un momento... ¡quiénes son esos que se cruzan en nuestro camino! ¡Eh, vosotros, largo de ahí! ¡Tú, el de la gorra blanca, desaparece! ¡Vosotras, putas vestidas de colores! Si fuera por mí, ya os hubiese fusilado a todos...! Nadie ni nada justifican que no estés por mí! Son amigos tuyos? Ah, ya veo que sí. Me has visto antes, verdad? Sabes que te sigo, diles que no puedes ir con ellos a ningún sitio. Tienes que hacer algo muy importante. Remárcalo, no lo entienden. No nos entienden. Algo muy importante...

Así me gusta. Seguimos solos tu y yo. Porqué te giras? Me buscas? No me has visto? En seguida me tendrás a tu lado.

Siempre has tenido un gusto exquisito - con las cosas que dices, que piensas, que vistes y que haces. Oh, ese banco a mí también me gusta... debajo del árbol y apartado del resto. Es especial. Estamos hecho el uno para el otro... ves? Es que pensamos igual...

No escondas tu cara entre tus manos. Estás llorando? Qué te he hecho...? Me siento a tu lado. ¡Hola! ¡Cúánto me alegro de verte! No digo nada. Porqué no digo nada? Por primera vez me miras con esos ojos. Has estado llorando? Hace mucho tiempo que nos conocemos. Me contarás lo que te pasa? Nunca te había visto llorar. Es que sueles estar tan seria, que parece que no hay nada que te importe, cuando ríes, parece que te dé igual quien te mire...

- Qué te ocurre?

- Hay alguien a quien al parecer... no le importo absolutamente nada...

Y qué? Ese no soy yo. Pero, porqué no te calmas?

- Vamos, vamos... no tiene que ser tan grave.

- ... Sí lo era... déjame sola, por favor... quiero estar sola...


¿Sola?

- ¿Sola?

- ¡Sí, sola! ¿Porqué te preocupas tanto por mí? Hace un año y medio que nos conocemos... y no me has dirigido más que unas pocas palabras, ninguna de ellas guardaba la menor importancia. No te conozco, no sé quién eres y me das miedo. Suéltame el brazo. Me miras como si fuera un objeto, y mientras te hablo, parece que estás pensando otra cosa completamente distinta. Una vez, al principio, cuando te conocí, pensé cómo podías ser. Tenía curiosidad. Llegué a pensar que eras alguien con quien podía hablar... como siempre estabas tan calladito... alguien con quien compartir sentimientos... siempre decías cosas raras y te quedabas mirando fijamente a los pájaros del parque... alguien diferente. Alguien, quizás, que estuviera dispuesto a sacrificarse por otra persona, que actuase desinteresadamente, no para conseguir el favor de una determinada mujer, si no porque le deseara su bien. Oh, qué bien que me iría que ahora fueras ese fantasma que soñé... Dime, verdad que no me equivoqué? Verdad que eres todo eso que una vez me imaginé?

Yo? Está hablando de mí?

- Ese no soy yo.

Texto agregado el 16-07-2007, y leído por 83 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]