Un toque de realidad démosle ahora a nuestra vida. Las flores marchitas de un amor mágico ahora decoran nuestra mesa de centro, la misma que lleno de ilusiones juntos elegimos de un montón de antigüedades.
Ahora los poemas y retratos escritos en esta página, no son más que dulces recuerdos que torturan. Por mi culpa, es cierto, fue mi culpa abandonarte y entregarte en las manos el desamor. Pero también es tuya no querer aceptar esta vida depurada y, ahora pacifica, que te quiero ofrecer.

Solo siento pena de saber que pudimos ser mucho y hoy somos casi nada