El casino abre a primera hora.Vienen una brujas y limpian todo.Otras, unas horas más tarde,lo cocinan todo.El gato polizón se ha salvado de milagro.
En un abrir y cerrar de puertas, el hormigueo funcionario emprende feroz arremetida.
Pienso en la noche de anoche.En tus ojos desgastados.En las cenizas de mi último cigarrillo.
Pero el hambre es una cicatriz que quema,
Una señora inculta que amenaza con denunciarme,
Un solo de viento en medio de cualquier cementerio público,y debo concurrir presuroso,como único camino de salvación, a requerir los benditos alimentos terapéuticos.Verduras frescas y agua de manzanilla, decía mi abuela.Papas cocidas con carne y helado de fresa, reclama mi estómago.
Hago, finalmente, un trato:Arroz sin sal y tu compañía, amiga mía, remanso en medio de la maraña.