Tu nombre me sabe a sonido monótono de un viejo,
pisando los tablones corroídos de un puente,
tan viejo como él.
Tus cabellos al ondear en el ritmo del viento fresco y oloroso
elevan una sonrisa enigmática y caritativa en mis ojos cafés.

Es tu cuello,
suave,
muy suave,
calido,
tierno;
mi deseo besar.

Presente en mis manos,
en mis labios;
tengo un regalo de amor;
es un viejo lucero que un día descubrí
botando basura en horas prohibidas.

Busco algo,
intento como llegar a tus pasos,
escarbo la hierba que un día pisaste
busco algo,
todo y todo lo busco sin fruto alguno.

Me alejare por un tiempo y espero que tus canas sean las misma que deje,
regresaré poco cansado pero el amor será profundo
casi como el primer beso que nos dimos.

Tu nombre me sabe a hierba recién cortada,
me sabe a frescura del campo libre,
tu nombre lo saboreo como miel entre mis dedos
tu nombre me lleva a los mismos caminos,
aquellos que juntos pisamos
que juntos escondimos para los dos;
y hoy estamos tan lejos de nuestro amor
a punto de descubrir.